proceso de paz con las farc
Foto: AFP/Archivo Adalberto Roque

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Víctimas de las Farc creen en la reparación solo con hechos

Por - 21 de Agosto 2013

El conflicto armado interno ha dejado 5 millones 712 mil 506 desplazamientos forzados, 25 mil 7 desaparecidos, 27 mil 23 secuestros, 220 mil asesinatos, según reporte del Centro Nacional de Memoria Histórica en su recopilación de datos desde 1958 hasta 2012.


El conflicto armado interno ha dejado 5 millones 712 mil 506 desplazamientos forzados, 25 mil 7 desaparecidos, 27 mil 23 secuestros, 220 mil asesinatos, según reporte del Centro Nacional de Memoria Histórica en su recopilación de datos desde 1958 hasta 2012.

Una de las personas que se encuentra en esa lista como víctima de las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia, Farc, es Lacides Mindiola, habitante de San Juan del Cesar, en la Guajira, a quien el grupo guerrillero le asesinó a dos de sus hijos y robó 49 de sus reses.

Luego de perder parte de sus seres queridos y la base de su negocio ganadero, Lacides decidió dejar su tierra y se convirtió en un desplazado más del país.

Rubiela Ospina sufrió el flagelo de la violencia, tras el asesinato de su esposo y 3 hijos en manos de las Farc. “A razón de esto tuve que desplazarme al municipio del Prado en Tolima”, comenta la víctima, quien además perdió su finca: “mi esposo no alcanzó a hacer papeles, razón por la cual no tenemos la titulación de la tierra”.

Wilfrido Martínez, del municipio de Fundación, Magdalena, fue extorsionado por la Autodefensas de Colombia, AUC, en el año 2000, cuando le hurtaron 37 cabezas de ganado. Dos años después, las Farc lo amenazaron de muerte si no les entregaba $2 millones. (Lea: Las Farc esperan multiplicar zonas de reserva campesina)

“Les di 1 millón y luego me pidieron $800 mil, por eso y las amenazas dejé una vereda en Aracataca, donde vivía con mis 2 hijos y un hermano. Me vine a Fundación sin nada”, relata Wilfrido, quien perdió su finca, luego de que el Banco Agrario saldara con la propiedad la deuda que tenía.

“Como me fui no tuve cómo pagar el préstamo y me quitaron el predio, y eso que era desplazado”, agrega la víctima que no cree en el anuncio que hizo las Farc sobre su interés en la reparación de las víctimas.

Para él, es más promisorio que el grupo al margen de la ley demuestre con acciones que puede dejar de extorsionar, robar, secuestrar y asesinar a los colombianos.“Creo en que cumplan lo que dicen, solo en hechos”, anota Wilfrido.

Ana María Salazar, de Chiriguaná, Cesar, dice que el grupo armado miente. “No creo en lo que hablan las Farc” enfatiza, mientras recuerda que tuvo que abandonar su región por las amenazas de muerte que recibió de la guerrilla.

“Me fui para Valledupar donde unos familiares. Yo soy viuda y sola he vuelto a conseguir lo de subsistir. Tengo unas pocas reses en Curumaní”, confiesa Ana María. (Lea: Ni las Farc ni el Gobierno saben de desarrollo rural)

El ganadero del norte del Huila, Jacobo Dazán, quien ha vivido el conflicto desde su región, aseguró que las Farc siguen ocasionando dolor a la población rural del país, pese a que se desarrolla un proceso de paz, que en su opinión, no avanza.  

María Inés Gómez, víctima de las Farc en Cundinamarca, señala que los desplazamientos han aumentado en el país, lo que demuestra que la paz y cualquier anuncio del grupo ilegal es irreal.

En un comunicado leído el pasado 20 de agosto por Pablo Catatumbo, miembro de las Farc en la delegación del proceso de paz, el grupo reconoce la deuda que tienen con las víctimas: "Sin duda, también ha habido crudeza y dolor provocados desde nuestras filas". (Lea: Las Farc predican desde la prensa española)

Luego dijeron que se debe dar el reconocimiento y la reparación de las personas que han sufrido el conflicto y propusieron integrar una comisión que establezca la verdad “de lo acontecido durante la violencia partidista”.