“Baja productividad generalmente está en el pastoreo”, ganadero de Corozal

La aplicación de esquemas silvopastoriles le permitió a un predio ganadero de Corozal en Sucre, en menos de 3 años pasar de 6 a 60 potreros, realizar rotación, aumentar producción de pastos y de leche y actualmente tiene 2 mil árboles que generan sombra a los pastos y plantas. El aumento productivo es continuo.   La ganadería no me generaba productividad y cada día veía que las calvas en los suelos aumentaba y los animales se demoraban más tiempo en alcanzar los pesos deseados. Todo mejoró al darme cuenta que la falla estaba en la producción de comida para lo cual establecí un esquema silvopastoril que le ha traído soluciones, desarrollo y aumento continuo de productividad. (Lea: Efectos de los sistemas silvopastoriles en el comportamiento del ganado)   Así lo manifestó Jaime Benítez Benítez, ganadero de toda la vida y actual presidente de ASOGANARPRO (Asociación de ganaderos y productores agroindustriales de desarrollo Ecoterritorial para el Cambio Climático).   Hace 3 años había 6 potreros y en cada uno el periodo de ocupación era de 15 y de 30 días, el pisoteo era constante y no se daba descanso al rebrote, por tanto, el terreno se fue degradando por la compactación que ejerce el animal y los organismos del suelo no podían multiplicarse ni hacer su trabajo.   En dicho sistema semi extensivo la recuperación de los pastos era muy lenta, había que esperar mucho tiempo.   Las desventajas para la producción eran latentes y lograr un aumento productivo demandaba tiempo y dinero.   De 6 a 60 potreros   “Al ver la escasa producción me asesoré e implanté un esquema silvopastoril que ahora me permite realizar la ganadería de una manera muy diferente. Hoy en el mismo espacio tengo 60 potreros y me faltan 10 por dividir”, manifestó con gran entusiasmo.   Además, hago la rotación de todos los potreros en 35 días y tengo una mayor y mejor oferta de pasto. (Lea: Corrales “vivos” para el manejo del ganado)   Al inicio me vi obligado a aislar algunos potreros con cerca eléctrica por su alto grado de degradación y les sembré mombasa y en otros Colosuana. Es más, cada año amplío los primeros. En unos regué la semilla y por la extensa sequia se perdieron. Pero insistí y pegó. En 35 días estaba lista.   Si hoy un ganadero me pregunta cuál es el rey de los pastos para el pastoreo, mi respuesta es la mombasa.   Los animales dejan el potrero un día e inmediatamente aumenta el aporte de materia orgánica al suelo y permite una recuperación natural. Al mismo tiempo aumenta la biomasa y la diversidad de los organismos, micro organismos y meso organismos.   La materia orgánica de los animales permite sin duda alguna, recuperar la nutrición de los suelos. También lo harán la caída de las flores, frutos y hojas y permitirán mejorar aún más el terreno. (Lea: En la búsqueda de productores innovadores cítrico-silvopastoriles)   Sembré árboles   “Además sembré árboles nativos, como el campano, el roble, vara de humo, matarratón, guácimo, que me permiten tener hoy algo más de 2 mil unidades arbóreas. Con algunas de ellas establecí, incluso las cercas vivas”, replicó el ganadero y dirigente gremial.   Una de las desventajas del esquema silvopastoril es el tiempo de espera del crecimiento del componente arbóreo, pero hay que tener paciencia.   Según Benítez Benítez, “Poco a poco los árboles crecen y aportan cada vez una mayor sombra a los pastos, a las leguminosas y a los animales”.   El mejoramiento productivo es continuo e igual sucede con la nutrición. Es un esquema que no se detiene.   La ganancia de peso en el ganado escotero se nota diariamente e igual sucede con la producción de leche.   “Ahora que veo el mejoramiento continuo me doy cuenta que la falla estaba en el pastoreo. Es ahí donde he encontrado soluciones y gracias a este caso de experiencia propia, me atrevo a recomendar su aplicación”, puntualizó.