El fracaso de las asociaciones silvopastoriles del Cesar

La desatención del Gobierno y las complicaciones climáticas les jugaron una mala pasada a los gremios de Becerril y la Jagua del Pilar, pues los árboles sembrados en su momento se vieron seriamente afectados por la ola invernal. Actualmente luchan por no desaparecer.   Ante el cambio climático y los gases de efecto invernadero, los ganaderos vienen apostándole a una producción más amigable a través de sistemas silvopastoriles, que son arreglos agroforestales que incluyen el uso de tierra y tecnologías en el que las plantas leñosas perennes como los árboles y los arbustos se combinan con plantas herbáceas (pastos) dentro de un mismo potrero.    Frente a las condiciones climáticas extremas de sequía, los sistemas constituyen una alternativa que permite sostener el predio sin que haya pérdidas significativas de alimento y agua. (Lea: Finca colombiana es modelo internacional en sistemas silvopastoriles)   Sin embargo, en Cesar, la situación de los gremios que se encargan de promover la siembra e instalación de este tipo de sistemas no es el esperado, así lo dio a conocer  Rafael Gil, representante de la Asociación de Productores Silvopastoriles de Becerril, quien indicó que la entidad está a punto de desaparecer por la desatención del Gobierno y el fracaso de un proyecto que se instaló en la zona.   El dirigente le reveló a CONtexto ganadero que por cuenta de la ola invernal de 2010 y 2011, una iniciativa que implementaron en la zona de sembrar árboles de melina y otras especies no dio los resultados esperados, pues el exceso de agua no facilitó el crecimiento adecuado y luego con la llegada del verano, el panorama no fue el más favorable. (Lea: Opciones para potenciar producción de silvopastoriles en el Caribe)   “Se perdió mucho tiempo y las tierras están improductivas porque lo único que resurgió de ese proyecto fueron algunos arbustos que se sembraron”, argumentó Gil quien recordó que la propuesta silvopastoril contó con el respaldo del Ministerio de Agricultura, la Gobernación del Cesar y el Banco Agrario.   El dirigente lamentó la desatención del Estado, pues no solo bastó con hacer entrega de los recursos, sino que era necesario un mejor acompañamiento para que el proyecto tuviera un mejor desarrollo.   Por su parte, Ulfren Jiménez Baquero, presidente de la Asociación de Productores Silvopastoriles de La Jagua del Pilar, argumentó que el panorama de la entidad que dirige tampoco es el mejor, ya que tras el escándalo de Agro Ingreso Seguro, el gremio no alcanzó a recibir los recursos necesarios para ejecutar la siembra de los árboles.   Desde ese momento nunca más tuvieron la oportunidad de acceder a capitales para sacar adelante la siembra de los árboles y las pasturas. (Lea: A Magdalena Medio le falta conocer más sobre silvopastoriles)   “Somos alrededor de 80 productores que estamos esperanzados con tener ese tipo de sistemas en nuestros predios, lamentablemente no tenemos los recursos para hacerlo y con el problema de AIS, el Banco Agrario optó por congelar el dinero, nunca los desembolsó y tampoco nos ha dado una razón al respecto”, lamentó.   Ante el abandono del Gobierno, los productores de silvopastoriles esperan que el Banco Agrario les dé una ayuda y permita sacar adelante sus iniciativas.