Hacienda El Cedral
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Hacienda El Cedral: 50 años de dedicación a la ganadería con normando

Por Pedro Fonseca - 20 de Agosto 2024

En las laderas de San Félix, corregimiento de Salamina (Caldas), se erige la Hacienda El Cedral, un testimonio vivo de la pasión y dedicación de Carlos Peláez Vásquez y su familia por el normando. Con casi 50 años de experiencia en el sector, Peláez ha logrado posicionar su hacienda como un referente en la cría y mejoramiento de esta raza de doble propósito.


El camino de Peláez en la ganadería comenzó en la década de 1970, cuando decidió apostar por la raza normando. Al principio utilizaron pajillas traídas de Francia pero con el paso de los años y la consolidación de la genética del hato, han dejado de lado la genética exterior, aunque de vez en cuando echan mano a los catálogos internacionales.

De acuerdo con Peláez, la introducción de la raza francesa en la finca de su familia sucedió exactamente en 1978 y con el paso del tiempo han conseguido importantes logros. Su visión y perseverancia han dado frutos notables, incluyendo dos campeonatos en Agroexpo con vacas nacidas en El Cedral, en los años 1997 y 1999.

«Todavía manejamos semen francés así como también toros de monta directa, que vienen siendo los hijos y nietos de los mismos toros franceses, pero sí, todavía importamos. También la zona hay muchos ganaderos que importan el semen, porque lo trae la asociación y lo ofrece en donde haya ganado normando», comentó.

Esta estrategia ha permitido conservar las características deseables de la raza normando, manteniendo su aptitud para el doble propósito. Contó que si bien en Francia trataron de desarrollarlo la producción de leche, en San Félix han conservado el equilibrio entre ambos productos. (Lea en CONtexto ganadero: A San Félix regresa la Exposición Regional Normando tras 6 años de ausencia)

Actualmente, El Cedral cuenta con aproximadamente 300 animales, de los cuales 25 se preparan para competir en la próxima Exposición Regional Normando, que se llevará a cabo el domingo 18 de agosto de 2024, un evento que hacen cada dos años y que vuelve luego de 6 años de ausencia.

La producción se divide entre carne y leche, aprovechando la versatilidad de la raza. A pesar de los desafíos del mercado, como la reciente caída en el precio de la leche, Peláez se mantiene optimista. «Afortunadamente, en la zona hay empresas que transforman la leche en quesos, mantequillas y yogures, lo que nos asegura la compra de toda nuestra producción», señaló.

Sin embargo, tampoco han escapado al impacto de la caída de los precios. Según Peláez, el precio se redujo entre $300 y $400, pasando de $2.100 en el momento de mayor remuneración a apenas $1.700 por litro. (Lea en CONtexto ganadero: En Francia el inventario de ganado normando ha caído, mientras que en Colombia sigue creciendo)

Por ello, siguen manteniendo la venta de carne. Según el ganadero, en la región hay intermediarios que recogen los ganados y los llevan a los mataderos en Salamina, Aranzazu o Manizales, a donde llega la mayoría del ganado gordo para el sacrificio.

El éxito de El Cedral radica en su adaptación a las condiciones locales. Los animales se crían principalmente con pastoreo de forrajes nativos y sales mineralizadas en zonas de ladera, demostrando la rusticidad y fortaleza de la raza normando. «Son ganados muy fuertes, con buen aplomos, que se adaptan muy bien a nuestras condiciones», destacó Peláez. Solamente cuando salen a exposición les ofrece granos y concentrados, para mejorar un poco su condición corporal.

La historia de Carlos Peláez Vásquez y la Hacienda El Cedral no solo es un relato de éxito individual, sino también un testimonio de la importancia de la ganadería normando en las zonas altas de Colombia. Su experiencia demuestra que, con el enfoque adecuado y la raza correcta, la ganadería sigue siendo una opción viable y prometedora para el futuro del campo colombiano.

Para el veterano ganadero, la clave del éxito en la ganadería está en la pasión y el conocimiento heredado. Su trayectoria es un ejemplo de cómo la dedicación y la innovación pueden llevar a construir un legado en la ganadería colombiana.

«Llevo casi toda mi vida dedicado completamente a la ganadería. Yo creo que sí vale la pena ser ganadero, más aún cuando uno viene de familia ganadera. Es lo que uno sabe, lo que uno ha aprendido», concluyó.

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