Cuba 22, un pasto recomendado para lechería y doble propósito

El pasto de corte cuba 22 o “Cuba CT-115”, como también se le conoce en la agroindustria, le brinda grandes beneficios al sector agrícola colombiano debido a la gran cantidad de nutrientes que este aporta al ganando.

Así lo plantea un artículo del portal rehagronegocios.com donde se indica que este tipo de pasto contribuye a generar en el bovino una producción de leche de mayor calidad pudiendo ofrecer un producto más competitivo en el mercado.

No obstante, este tipo de pasto requiere un manejo mucho más cuidadoso para aprovechar mejor su potencial. Para lograr el manejo cuidadoso se requiere una cosecha y una siembra adecuada, de igual forma este tipo de pasto es de una adaptabilidad moderada ya que se puede sembrar en zonas transicionales, bien sea en climas medios o fríos. (Lea: Recomendaciones a la hora de sembrar pasto de corte)

Por su parte, Antonio del Dago, de Hacienda La Verónica, señala que el pasto Cuba 22 es fruto de la hibridación de dos especies de pasto de corte como son el King grass y el elefante, es un pasto alto en producción de biomasa, con una buena relación entre hoja y tallo.

Sus tallos gruesos son similares a los del King grass, con gran cantidad de hojas anchas que nacen prácticamente de su base.

Es un forraje muy digestible y palatable, con alto contenido de proteína que puede estar entre 15 y 20 %; su establecimiento se puede conseguir de los 85 a los 100 días para realizar su primer corte.

Requiere de suelos ligeramente ácidos y neutros pero también para su buen crecimiento necesita fertilización y adecuada pluviosidad con lo cual se va a obtener un buen alimento para el ganado.

Se puede establecer en suelos de mediana a alta fertilidad, con buen drenado, no requiere tanta fertilización pero si desea más forraje se pueden emplear dosis moderadas ya que este responde muy bien a la fertilización. (Lea: 5 pastos y árboles que son tendencia entre los ganaderos)

En una hectárea se puede producir entre 70 y 180 toneladas, dependiendo del manejo que se le dé al cultivo.

Su crecimiento normal está entre 1,50 y 1,80 metros pero con buen manejo puede llegar a crecer hasta tres metros pero es importante que el pasto se corte para su mejor provecho cuando está tierno, ya que si se deja envejecer se vuelve duro y fibroso haciendo poco apetitoso su consumo para el animal.

También es importante cortarlo en su punto porque se puede caer o quebrar con facilidad cuando va creciendo dada su abundante biomasa.

Su color es verde claro y cuando pasa de su punto óptimo de corte empieza a producir al final de sus hojas una espiga.

Una de las mejores cualidades de este pasto es la ausencia de pelusa por lo que no le produce picor al operario que lo corta o lo manipula, así se hace más fácil su manejo. (Lea: ¿Conoce qué son los bancos de energía y proteína?)

Con un buen manejo se puede tener cada 45 a 60 días un nuevo corte para dar alimento al ganado que se puede ofrecer como pasto fresco o ensilarlo si se quiere lograr un alimento de calidad para las vacas.

Hoy día es uno de los pastos más utilizados en lechería y doble propósito en confinamiento o semi estabulado. Igualmente la venta de su semilla es un buen negocio dado su gran demanda comercial.

Se puede tener en varios pisos térmicos y funciona de manera adecuada.