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Foto: Youtube: Doménica Rodríguez

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Las etapas de desarrollo del síndrome de movilización grasa en vacas

Por - 26 de Julio 2019

El síndrome de movilización de grasa (SMG) es el conjunto de alteraciones que presentan las vacunas de altas producción lechera debido a un déficit de energía en el periparto, que causa una acumulación de grasas de depósito principalmente en el hígado, alterando la salud y la fertilidad.


El síndrome de movilización de grasa (SMG) es el conjunto de alteraciones que presentan las vacunas de altas producción lechera debido a un déficit de energía en el periparto, que causa una acumulación de grasas de depósito principalmente en el hígado, alterando la salud y la fertilidad.

El SMG (también síndrome de la vaca grasa o de hígado graso) ocurre debido a un aumento del contenido de grasa en el hígado 2 semanas previas al parto, llegando a su nivel más alto una semana después. (Lea: Conozca en qué consiste el síndrome de la vaca gorda)

La probabilidad de SMG aumenta mientras las vacas tengan más partos. Inicialmente ocurría en vacas de alta producción, que llegaban al parto muy gordas, pero los animales de condición regular flacos también se puede presentar en animales regulares o flacos.

Su desarrollo comienza 2 o 3 semanas antes del parto, cuando ocurre un aumento del depósito de grasa del hígado como resultado de movilización de grasas de reservas ligada a los cambios hormonales propios del final de la gestación.

En los últimos días de la preñez, se eleva la demanda de energía para satisfacer los requerimientos de la lactancia, para lo cual la madre debe consumir grandes cantidades de alimento. (Lea: Una de cada 3 vacas de su hato puede tener el síndrome de hígado graso)

Sin embargo, las vacas de alta producción disminuyen el apetito, lo cual sumado al esfuerzo por mantener el rendimiento lechero, conlleva a un déficit de energía durante las primeras 10 a 12 semanas de lactancia, que ocasiona una menor producción.

Como consecuencia de este déficit energético, se produce una disminución de la concentración de glucosa en la sangre y de producción de ATP, que estimula la movilización de reservas de energía ubicadas en las grasas de depósito y músculos. Esto conduce a la pérdida de peso y condición corporal del animal.

Esta movilización involucra la liberación de ácidos grasos libres, que son transportados por la sangre a los riñones, músculos e hígado para ser metabolizados, provocando una infiltración grasa en estos órganos. (Lea: Biopsia hepática en bovinos diagnostica enfermedades en el hígado)

El resultado es el depósito intracelular de grasas neutras en los tejidos, que ocasionan una alteración de los órganos comprometidos, siendo la más grave la disfunción hepática. Dado que el hígado es esencial en el metabolismo animal, estos cambios repercuten severamente en la salud y el rendimiento del bovino.

Además, puede presentarse una mayor susceptibilidad de enfermedades metabólicas e infecciosas, así como una menor fertilidad en los ejemplares que sufren de esta patología.

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