fosfatos inorgánicos nutrición animal
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Los distintos tipos de fosfatos inorgánicos para nutrir al ganado

Por - 03 de Noviembre 2022

Los fosfatos de origen mineral son la fuente de fósforo más importante en alimentación del ganado y existen diferentes variedades para suministrarlos. Entre los diferentes tipos usted puede encontrar fosfatos de calcio, de magnesio, de potasio o amónicos, o defluorinados (sin flúor).


Los fosfatos de origen mineral son la fuente de fósforo más importante en alimentación del ganado y existen diferentes variedades para suministrarlos. Entre los diferentes tipos usted puede encontrar fosfatos de calcio, de magnesio, de potasio o amónicos, o defluorinados (sin flúor).

El fósforo es un elemento clave para la nutrición de rumiantes. Como macroelemento, está implicado en las necesidades del mantenimiento, la producción (para el crecimiento, aumento de peso, gestación y producción de leche), astas, pezuñas y microorganismos ruminales. 

El rumen tiene la singular función de un tanque de fermentación, donde se encuentran muchos microorganismos, como las bacterias, que generan una inmensa cantidad de funciones específicas. (Lea: Fuentes de fósforo en la nutrición animal)

De acuerdo con un artículo de Nutrinews, la abundante población de bacterias en el rumen necesita dos veces más de fósforo que el propio animal. Además, son seres vivos selectivos, por lo cual solo pueden metabolizar un fósforo solubilizado que pueden conseguir desde: 

  1. El fósforo endógeno excretado en la saliva que estará disponible para las bacterias a través del reciclaje de saliva.
  2. Una fuente directa de fósforo soluble en agua. Según ensayos in vivo, la primera población de bacterias afectada por una carencia es la que se dedica a la celulosa.

Para satisfacer las necesidades de los rumiantes, el fósforo se suministra en sus dietas diarias en forma inorgánica y orgánica. Su absorción dependerá del origen de sus ingredientes:

  1. Fósforo en forma libre o ligado en complejos fíticos y con una actividad fitasa (enzimática) variable.
  2. Varios productos con diferentes niveles de fósforo. En rumiantes, no hay diferencia de digestibilidad entre los fosfatos inorgánicos.
  3. Suelen tener una buena asimilación, aunque están prohibidos para los rumiantes en los países de la Unión Europea.

Los rumiantes están naturalmente dotados de las enzimas (fitasas) para la liberación del ácido fítico de las plantas. Por ello, la mayoría del fósforo necesario para satisfacer sus requerimientos es de origen vegetal. (Lea: Qué pasa cuando escasea el fósforo en la nutrición de los bovinos)

No obstante, para lograr altos índices productivos se deben añadir fosfatos inorgánicos en las fórmulas. Esa materia prima de origen mineral no solo satisface las necesidades nutricionales, sino que también puede ser una solución zootécnica, como por ejemplo en el caso de acidosis ruminal.

El fosfato inorgánico se considera con demasiada frecuencia un producto básico. Los formuladores de las fábricas de pienso están abandonando esta materia prima. A parte de los fosfatos cálcicos (MCP, DCP), existen otras familias de producto con distintas especificaciones.

Tipos de fosfatos inorgánicos para rumiantes

Según un artículo de Fundación Fedna, el fósforo de origen mineral procede de la roca fosfórica (apatita y fosforita) que es tratada de diferentes maneras para obtener los distintos productos existentes en el mercado.

Además de fósforo, los fosfatos minerales pueden aportar calcio (Ca), sodio (Na), potasio (K) y magnesio (Mg) a la dieta según su distinta composición química o los distintos componentes que los constituyan, aunque en general son los fosfatos cálcicos los usados mayoritariamente.

Desde un punto de vista químico, los fosfatos se obtienen haciendo reaccionar sales básicas con el ácido fosfórico o atacando directamente la propia roca fósfórica con ácido. Este último proceso era el proceso tradicional de obtención del fosfato dicálcico, consistente en tratar la roca fosfórica con un ácido fuerte y precipitar el ácido fosfórico resultante con una fuente de calcio.

El proceso da lugar a una sal cálcica y al fosfato de calcio, cuyo contenido en fósforo varía del 17 % al 22,7 % en función del proceso de producción. Un punto clave del proceso es la temperatura aplicada ya que de ser excesiva, aumenta en el producto final el porcentaje de meta y pirofosfato, de menor disponibilidad que el ortofosfato.

Los procesos industriales actuales, a pesar de haber alcanzado un alto nivel técnico, no producen fosfatos químicamente puros sino que dan lugar a un producto mayoritario (fosfato monocálcico o dicálcico) con el que coexisten otras moléculas de otros fosfatos, ácido fosfórico, sales y una pequeña parte de impurezas.

Desde un punto de vista práctico en el mercado se emplean fosfatos monocálcicos, que es el más rico en fósforo de los fosfatos de calcio, fosfatos dicálcicos y fosfatos monodicálcicos donde coexisten en distintas proporciones los dos primeros.

Además de los fosfatos de calcio, en el mercado hay disponibles fosfatos de calcio y sodio, que tienen una alta digestibilidad, y que se obtienen de manera similar a los cálcicos pero incorporando sales de Ca y Na. También hay fosfatos de magnesio que, por su elevado aporte de Mg, se suelen utilizar sobre todo en piensos de rumiantes.

Se obtienen atacando la roca fosfórica con ácido sulfúrico para producir ácido fosfórico que, una vez purificado, se hace reaccionar con óxido de magnesio, obteniéndose el producto final. (Lea: Bacterias solubilizadoras de fosfato mejorarían forrajes y pastos)

Finalmente existen otros, como los fosfatos de potasio o amónicos, de uso menos frecuente en alimentación animal y que se obtienen de forma similar a los anteriores pero empleando sales de potasio o hidróxido amónico.

Los fosfatos de Ca y Na obtenidos directamente mediante reacción con ácido fosfórico no se deben confundir con el fosfato de roca defluorinado que se obtiene por calcinación de la roca a más de 1000 ºC y que contiene alrededor de un 18% de P, y es una mezcla principalmente de fosfato tricálcico y fosfato sódico-cálcico. Su disponibilidad es inferior a la de los fosfatos dicálcicos.

Héctor Durán, zootecnista representante nacional de la línea de fosfatos y sales de Monómeros, explicó que en la compañía manejan una fuente de fosfato, calcio y sodio (conocida con el nombre de Nutricalfos), que es el único fosfato que se produce en Colombia, pues el resto de fuentes de fósforo para alimentación animal son importadas.

“Es un fosfato tricálcico defluorinado que se obtiene mediante un proceso térmico en el cual participan materias primas como roca fosfórica, bicarbonato de sodio y ácido fosfórico, principalmente. Entran a un horno de 56 m de longitud donde por la calcinación se retiran metales pesados y flúor para que el producto esté disponible para alimentación animal”, anotó.

El proceso en Monómeros, que se realiza desde hace más de 30 años, se hace a una temperatura de 1400 ºC. El producto que se obtiene sale con un nivel de humedad inferior al 1 %, más cercano a niveles de 0,1 % o 0,2 %, ni tampoco absorbe la humedad del medio ambiente.

Asimismo, el pH ayudará a obtener información del producto ya que el monocálcico es ácido, el dicálcico es neutro y el tricálcico básico. Sin embargo, la presencia de impurezas altera a veces el valor de pH.

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