El enemigo silencioso: Cómo las importaciones de queso han agravado la crisis lechera
PorCONtexto ganadero-02 de Octubre 2024
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Por - 07 de Julio 2015
La entrada al país de leche en polvo de Venezuela y Ecuador parece no tener freno. Por otro lado, el uso indiscriminado de lactosueros va en detrimento de un consumidor que paga por un producto que no es 100 % leche y del que desconoce su inocuidad.
La entrada al país de leche en polvo de Venezuela y Ecuador parece no tener freno. Por otro lado, el uso indiscriminado de lactosueros va en detrimento de un consumidor que paga por un producto que no es 100 % leche y del que desconoce su inocuidad. Desde la Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, se han venido emitiendo alertas por estas 2 problemáticas a las que no se les presta la atención suficiente y que perjudican tanto a los ganaderos como a los consumidores. El contrabando de leche es un riesgo latente “Independiente de cualquier política lechera con la que cuente el país, es necesario que se trabaje fuertemente en la lucha para erradicar el contrabando que de leche en polvo entra al país desde Venezuela y Ecuador”, aseguraran desde el gremio cúpula de la ganadería. (Lea: En 5 meses han decomisado $3.000 millones en carne, leche y ganado) Desde hace un tiempo, en Venezuela la leche tiene control de precios, por lo que venderla allá resulta mal negocio al comparar el precio al que la pagan en Colombia. De acuerdo con funcionarios de la Federación, “a la hora de importar, los particulares o el mismo Gobierno buscan la manera de enviarla a nuestro país y obtener por ella un mejor precio, lo que hace que nos encontremos inundados del producto”. Adicionalmente, en Colombia también se sufre por el contrabando técnico, que es el que se registra cuando por ejemplo en la aduana se reporta el ingreso de una cantidad inferior a la que realmente llega al país. También se presenta cuando entra leche que debería pagar un arancel por extra cuota y lo hace sin pagarlo, algo que ya sucedió en 2011, 2012 y 2013 y por lo que ya en su momento se envió una carta a la Dian pidiendo mayores controles en las aduanas. (Lea: Incautaciones de carne, leche y ganado superan los $730 millones) “Al tema de la falta de procesamiento de nuestra propia leche, más la que se viene importando como resultado de los Tratados de Libre Comercio, ahora hay que añadirle la gran cantidad que llega de contrabando. Por todo ello, se requiere que la Dian, el ICA, la Polfa, entre otras entidades, hagan mayores esfuerzos para evitar que se sigan repitiendo los casos”, manifestaron las personas consultadas.
Todos coinciden en afirmar que la leche que llega a Colombia de manera ilegal no solo deteriora el nivel del precio que se le paga al productor, sino que el comprador al desconocer su verdadero origen y sus condiciones de inocuidad pone en riesgo su salud y la de su familia. El de los lactosueros tampoco es un tema menor Los lactosueros no son nuevos en nuestro país. Desde hace ya varios años se viene advirtiendo sobre su uso indebido por parte de la industria que excusándose en la inexistencia de una ley al respecto utiliza el subproducto para la elaboración de muchos de los productos que comercializa en el mercado. (Lea: “El país tiene mucha leche y poco procesamiento”: Lafaurie) Sobre lo que viene sucediendo, “el llamado es a que se hagan más y mejores controles porque desde hace un tiempo se vienen utilizando para rendir leche por encima de lo que está permitido e incluso para rendir leche en polvo”, adujeron fuentes gremiales. Una tonelada de leche en polvo convertida en líquida son 8.000 litros, pero si se agrega una tonelada de lactosueros se duplica esa cantidad, deteriorando la calidad de los productos y el consumidor al ignorarlo termina adquiriendo productos que piensa que son leche. Además, paga por un producto que en su composición es diferente a lo que cree. “El Invima y las entidades públicas de control tienen la responsabilidad de monitorear la industria, de validar la calidad de la leche que usan y la que anuncian. Esos son temas de salud pública por lo que el tema adquiere mayor relevancia”, puntualizaron desde Fedegán. (Lea: Lactosueros, un derivado con muchos contradictores) Coinciden los actores del sector en que los controles deberían ser periódicos y estar a cargo del Invima y entidades adscritas. De igual manera consideran importante hacer muestreos permanentes en la industria, comprobar las materias y fórmulas que venden y que ese esfuerzo se sostenga se sostenga en el tiempo, no como una medida reactiva a un problema o situación específica, sino que se conforme una unidad permanente de funcionarios que midan la calidad de la leche que consumen los colombianos.
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