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Cierre de año con resultado incierto para el sector agropecuario: Bancolombia

Por CONtexto ganadero - 04 de Diciembre 2023

El cierre de 2023 y el comportamiento del agro en 2024 es incierto por factores internos y externos que afectarían su desempeño.

Con caída en el sector pecuario, pero mejoría en el agrícola y con un contexto nacional e internacional incierto, el cierre del año para el sector agropecuario colombiano es incierto.


Un nuevo trabajo del equipo de investigaciones económicas de Bancolombia señala que el cierre de 2023 para el sector agropecuario es incierto debido a la recuperación de algunos rubros, pero la caída de otros.

De acuerdo con la entidad, para el cuarto trimestre del año, el dato definitivo va a ser incierto debido a un aumento en la cosecha de arroz, junto con un probable rebote en la producción cafetera, pero por el otro una posible desaceleración en la producción pecuaria, por cuenta de la caída en el consumo local. Esto, más el tema climático, hacen bastante incierto el resultado de cierre de año.

En el caso del sector pecuario, la porcicultura es el rubro más destacado ya que acumula año y medio con los mayores crecimientos. El máximo aumento real del PIB de este periodo se dio en el segundo trimestre de 2022 (16,4 %), mientras que el menor fue en el segundo trimestre de este año (4,2 %). Un crecimiento sostenido a estos niveles, en una economía en desaceleración, necesariamente tiene que ser el resultado, entre otras cosas, de un proceso de tecnificación y una mejora en productividad. De manera contrastante, la ganadería bovina y la lechería fueron las actividades pecuarias de peor desempeño en el tercer trimestre (-3,7 % y -4,1 %).

Las exportaciones ganaderas pierden ritmo en 2023. Después de que entre 2020 y 2022 el precio interno del ganado (macho) en pie en Colombia creciera 68 %, la revaluación del peso colombiano, del 10 % entre enero y julio de este año, llevó a que los precios del animal en pie superaran los de sus competidores en Suramérica.

Con esto, en dicho periodo se frenaron las compras de ganado colombiano realizadas por importadores que se abastecen desde diversos países de la región, provocando una disminución de más del 30 % del volumen de exportaciones del sector ganadero colombiano a septiembre de este año. (Lea en CONtexto ganadero: PIB ganadero cayó en tercer trimestre de 2023)

En 2023, una demanda golpeada se encuentra con un menor crecimiento de la oferta. Con una menor demanda internacional por ganado colombiano y unos precios locales atractivos, el sacrificio bovino para consumo interno viene repuntando este año.

Este año ha habido un menor volumen de importación de cerdo y una producción de pollo sin crecimiento; en sumas y restas, mientras en 2022 el banco estimó que la oferta total de carne aumentó más de un 6 %, este año aumenta por debajo del 1 %. Mientras tanto, los consumidores siguen enfrentando aumentos de precios, que, aunque cada vez menores, los obligan a racionalizar el gasto.

Por su parte, el sector lechero enfrenta un menor consumo y acopio. Los altos precios de la leche han provocado una disminución gradual del consumo, resultando en una caída del 6,9 % en las ventas reales de la industria a agosto de este año. Ante una demanda decreciente, una estrategia para el industrial lácteo podría ser ajustar a la baja los precios o desarrollar estrategias de promoción y descuento para incentivar el volumen de ventas.

Sin embargo, un acopio que decrece alrededor del 3,1 % (menos materia prima) y un precio promedio de leche al productor un 20 % por encima de 2022 (mayor costo) lo hace bastante complejo. El mayor reto estará en 2024 de cara a lo que suceda con el consumo de los hogares y el impacto de una sequía por El Niño.

Entre tanto, la avicultura de huevo viene cosechando buenos resultados. Tras el aumento en la inversión en pollitas en 2022, la producción de huevo ha mostrado una recuperación en 2023, con un crecimiento a octubre del 3,1 %, acompañado de un precio mayorista con crecimiento de doble dígito. Este aumento en la oferta podría acelerarse en 2024 gracias a un crecimiento del encasetamiento, lo que debería contribuir a un freno en la expansión de precios. (Lea en CONtexto ganadero: PIB del sector agropecuario comienza a mostrar recuperación)


Sector agrícola

De otro lado, señala el informe que la mala racha en la cosecha de café podría haber llegado a su fin. La cifra oficial de producción cafetera de octubre fue 30 % superior a la del mismo mes de 2022, lo que podría estar marcando un punto de quiebre. Muy seguramente el fenómeno de El Niño, a menos que sea muy extremo, debería ayudar a que esta tendencia se consolide en 2024.

No obstante, el dato de la industria de alimentos es el reflejo del mal momento del comercio. Para alimentos, bebidas y tabaco, la variación del PIB en el tercer trimestre fue de -1,7 %, en donde retroceden principalmente los derivados del café (-13.6 %), conservas de frutas y hortalizas (-11,4 %) y los productos lácteos (-6,3 %). Frente a los lácteos, es preocupante que decrezca tanto el eslabón primario (materia prima) como la industria procesadora, en medio de incrementos sostenidos en precios al consumidor, y con la perspectiva de un fenómeno de El Niño.

El comercio de alimentos en Colombia no da buenas señales. La encuesta mensual del comercio del Dane para septiembre arrojó, para el promedio acumulado del año, un crecimiento real de la venta de alimentos y víveres de -0,8 %. Una mirada a las cifras de ventas reales de la industria de alimentos permite observar también cifras negativas, pero, además, es evidente que el proceso inflacionario todavía está lejos de haberse terminado. Dentro de las principales industrias de alimentos saltan a la vista los fuertes aumentos de precios en la industria láctea que van encontrando una demanda, por ende, resentida.

De igual manera, plantea que 2024 llega con nuevas amenazas en cuanto a precios de alimentos. En episodios fuertes de sequía, la producción de carne de res y leche en algunas zonas del país, especialmente en el Caribe, tiende a sufrir, así como la producción de hortalizas y verduras.

Aunque las lluvias se han extendido durante 2023, el Ideam plantea una alta probabilidad de El Niño en 2024. A esto se va a sumar el aumento en precios que resulte de la aplicación del impuesto a la denominada comida chatarra, y el impacto indirecto que pueda resultar de un posible aumento en precios del diésel. (Lea en CONtexto ganadero: Qué hay detrás del flojo crecimiento de nuestra economía)

Así mismo, la resistencia de la inflación en Colombia a retroceder a niveles prepandemia hace que las tasas de interés se demoren en volver a niveles bajos. Para las empresas, esto es un desincentivo a la inversión, y para las personas, un menor gasto disponible.

A ello se suma que los principales destinos de exportación de Colombia también luchan por controlar la inflación. Posiblemente, entre EE.UU., la UE y Reino Unido, el primero ha sido el más exitoso en la tarea de controlar los precios en la economía, pero, aun así, sigue por encima de los datos históricos. “De nada sirve que la inflación en estos países se reduzca si no somos capaces de controlar nuestro propio indicador, toda vez que perdemos competitividad en dos vías: es difícil plantear aumentos de precios a los clientes en el exterior que compensen el aumento de los costos locales, y se pierde, en términos reales, el beneficio que pueda obtenerse vía devaluación del peso colombiano”, señala el informe.


Insumos

La reducción de costos de algunos agroinsumos en Colombia quedó para 2024. Después de la fuerte subida en 2022 de precios de agroinsumos, el mundo comenzó a corregir a la baja, pero muy poco para Colombia. Mientras los precios internacionales del maíz amarillo y la torta de soya en octubre fueron un 28 % y 6 % inferior al promedio de 2022, para el IPP de alimentos concentrados para animales la misma comparación arroja un aumento de 6,7 %.

Por el lado de los fertilizantes, el ajuste, aunque igualmente lento en el primer semestre, se ha acelerado, con lo cual el ajuste a la baja (bajo el mismo cálculo), tanto en el mercado global como local, ha sido de más del 40 %.

Las curvas de precios de contratos futuros para maíz y torta de soya hablan de dos mercados contrastantes. En cuanto a maíz amarillo, 2023 ha sido un año de mayor oferta global, y según expertos, en la historia de El Niño en EE.UU., los resultados de la cosecha han sido positivos. Por su lado, el mercado de la torta de soya presenta una curva invertida (precios de corto plazo superan el largo plazo), reflejo de la incertidumbre por las dificultades de Argentina que, entre enero y agosto, mostraba caídas superiores al 20 % en la molienda de soya. (Lea en CONtexto ganadero: Biofertilizantes, clave para una producción ganadera sostenible)

Aumenta la llegada de fertilizantes a Colombia a menor precio, pero todavía por encima de prepandemia. 2022 fue un año en que la importación de fertilizantes cayó un 20 % (sumando primarios más mezclas). En la medida en que los precios han corregido parcialmente, las importaciones se han acelerado. En toneladas importadas, acumuladas a agosto aumentan casi 10 %, con precios implícitos de importación que, para el tercer trimestre, han sido más o menos la mitad del año pasado.


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