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Lo lógico en la ganadería es buscar la especialización, no el doble propósito

Por - 15 de Agosto 2013


CONtexto ganadero habló con Martín García, reconocido académico quien por su amplia experiencia es fuente obligada cuando se quiere tener una mirada general de la ganadería. 

García le comentó a este diario como ve el tema de las exportaciones, habló sobre las fortalezas y debilidades del sector en Colombia, de los impactos de los TLC, avances tecnológicos y fue claro en afirmar que el país tiene grandes ventajas que debe aprovechar, buscando incrementar la rentabilidad de la ganadería.

CONtexto ganadero (CG):Actualmente, ¿cómo está Argentina atendiendo la demanda mundial de carne?

Martín García (MG): Prácticamente el total de la carne argentina se consume en el mercado interno, con valores de aprox. 60 Kg habitante-año.

Las pésimas políticas oficiales han disminuido en casi 10 millones de cabezas el stock nacional, hoy nos cobran un derecho de exportación del 15% y en la práctica nos regulan de tal modo que es imposible exportar, en momentos en que sobra demanda.

Argentina exportaba casi 500 mil toneladas a diversos países, incluyendo los mercados de mayor valor. Hoy están ocupando ese nicho Uruguay y recientemente Paraguay que está haciendo una reconversión muy eficaz, particularmente absorbiendo su rodeo nelore a Brangus con lo que accede incluso a la cuota Hilton. (Lea: Argentina queda fuera de los 10 principales exportadores de carne en el mundo)

CG: ¿Cómo visualiza el comercio mundial de la carne bovina?

MG: En crecimiento continuo, con lógicos altibajos, pero duplicando el volumen en pocos años.

Los países emergentes duplicarán su consumo de carnes bovinas en los próximos 10 años, desde ya partiendo de valores muy bajos, en segmentos de alto poder adquisitivo (hostelería, restaurantes) y de carne de industria (hamburguesas, cadenas de comida rápida).

CG: ¿Ha visto usted evolución en la idea de quienes sostienen que la ganadería afecta el medio ambiente?

MG: Si, es cada vez mayor ese tema, y se debe trabajar en difundir entre los formadores de opinión la realidad por sobre los mitos y modas.  

Existen problemas y deben contemplarse, pero no guardan ninguna relación con la magnitud que se les adjudica, incluso hay interesantes trabajos científicos que lo contradicen. (Lea: Cayó al 2% la participación de Argentina en exportaciones mundiales de carne)

CG: Desde su conocimiento de la ganadería en Colombia, ¿qué debería hacer Colombia para exportar carne a Europa y EE.UU.?

MG: Aún a riesgo de opinar en base a un conocimiento parcial sobre la ganadería colombiana, es más sencillo acceder a Europa, para lo que hay que trabajar firmemente en calidad y consistencia de producto.

Es imposible ingresar al circuito de precios altos con Cebú, por razones discutibles pero concretas, debe procurarse trabajar al menos en parte del rodeo nacional con razas europeas, y dentro de estas angus, pero sobre todo brangus que es la llave que conjuga eficiencia reproductiva en trópico, con marmoleo y terneza, atributos indispensables. (Lea: Comienza el TLC con la UE, ¿será la quiebra ganadera?)

Desde ya se requerirá también sistemas de alimentación diferentes a los actuales. Debe tomarse en cuenta que Colombia se auto abastecerá de maíz de la mano de la tecnología de siembra directa en pocos años. Con maíz y soya se tiene todo lo necesario para hacer una terminación suplementando, a campo o a corral, pero  no más de 60 a 90 días, para asegurar una adecuada terminación a costo al menos neutro.

Pienso que EE.UU. es un mercado muy difícil, por sus regulaciones y barreras para arancelarias, sin embargo hay que trabajarlo mediante acuerdos de cuotas, y seguramente lo más sencillo sea ingresar por carne de industria.

CG: ¿Qué ventajas competitivas tiene Colombia para enfrentar los TLC con EE.UU. y Europa?

MG: Hoy, sin ánimo de polemizar, veo más dificultades que ventajas: informalidad comercial, falta de industria frigorífica desarrollada y con volumen, excesiva atomización de la producción, alto costo de alimentos concentrados y algunos temas sanitarios pendientes.

Las ventajas son claras, agua, horas luz, vocación de muchos productores, instituciones profesionalizadas como Fedegán, pero hay que trabajar mucho, primero en el mercado interno. No se entiende como es posible que Colombia consuma menos de 20 Kg hab año y Paraguay con un PIB mucho menor, 40 Kg, algo no se está haciendo bien. (Columna: Los TLC: trampolín o cadalso)

En mi opinión debería trabajarse en nichos pequeños, al estilo de lo que hizo Uruguay, mejorando consistencia y calidad. Rusia es una alternativa, pero para carne barata en general, hay que buscar segmentos de valor, caso contrario es difícil avanzar. Como ejemplo la Cuota Hilton cotiza entre 15 y 20 mil U$S TT, mientras que la carne de industria no supera los 3.000.

Me atrevo a concluir que el esquema Brasil (alto volumen, calidad regular, precios bajos)no es útil para Colombia, y que el mercado de demanda venezolana le ha hecho mucho mal a su ganadería, permitiendo una zona de confort que no le hizo mejorar en calidad, salvo honrosas y puntuales excepciones de carne con marca y certificación.

Colombia tiene mercados turísticos de primer nivel a muy poca distancia, debería acceder a ellos con productos premium.

CG: ¿Cuál el la ganadería con mayor proyección de la región frente a tantos acuerdos comerciales que vienen siendo firmados?

MG: Todo el trópico y subtrópico, en la medida que las cosas se hagan bien. No será fácil competir con ganadería de clima templado, Argentina en algún momento recuperará una política sensata y podrá exportar hasta un millón de toneladas, aún con el desplazamiento que genera la agricultura, porque produce 100 millones de toneladas de cereales y tendrá en consecuencia pollo y cerdo barato, liberando carne bovina de alta calidad para exportación. (Lea: Argentina anuncia millonaria inversión en producción pecuaria)

Pero hay espacio para todos los países, la demanda será enorme, hay que entender que los mitos tales como la preferencia de los consumidores por carne a pasto, no son más que referidos a segmentos muy pequeños en países desarrollados, la realidad es que el consumidor paga por la satisfacción que le produce un buen bife, con la suficiente grasa y terneza, lo demás es muy simpático, pero sin mercado real.

En consecuencia pienso que los países que crecerán en ganadería de alto valor serán los que integren carne + pasto + grano, y en eso Colombia será sumamente competitiva, pero debe quedar claro que la plata se ganará en la etapa pastoril bien manejada, y que el corral, con genética adecuada, será el complemento de agregado de valor a todo el proceso, aún cuando dicha etapa sea a pérdida.

CG: De los distintos avances tecnológicos para el sector ¿cuáles considera los de mayor utilidad?

MG: Sin duda los que mejoran la eficiencia y la nutrición, todo lo que se haga en producir más y mejor forraje, planificación, suplementación en diferentes etapas de la vida, integración de productos y sub-productos de la industria son los que más impactarán.

Desde ya los aspectos sanitarios son centrales y Colombia está en un buen camino;  la genética también tendrá su rol, pero el principal impacto llegará por la nutrición, en la etapa reproductivo, de levante y ceba, y en esto la revolución llegará, tal como en todo el Cono Sur de manos de la Siembra Directa y la disponibilidad de granos a precios internacionales, los Llanos Orientales será la región con mayor impacto.

Es típico de los ganaderos en todas partes esperar inventos mágicos o cambios espectaculares en los precios, lamento no coincidir con esas expectativas: hay que producir más kg de carne de calidad por hectárea, ordenar, planificar y mejorar paso a paso. No existen tecnologías mágicas.

Un tema que se que es polémico es el doble propósito, ya no existe en ninguna parte del mundo donde hay ganadería eficiente, la lógica es la especialización, en todo caso con lechería de trópico adaptado, pero no es racional, aunque pueda ser útil en una transición, pensar que van a sobrevivir esos modelos, salvo en economías de subsistencia.

CG: Usted ha presenciado varias generaciones ganaderas y conocido modelos en distintos lugares del mundo, ¿Cómo vislumbra el panorama del sector?

Me da la impresión que la pregunta sobre varias generaciones  es una forma elegante de decirme viejo, pero basta pensar que en 20 años, unas 5.000 millones de personas vivirán en zonas urbanas donde no producirán sus alimentos, y pretenderán comer cada vez mejor.

Esto es una realidad, sin embargo puedo comentarles que Argentina es el principal exportador de pellets de soya del mundo, gran parte comprado por China, para dar de comer incluso a los peces, desde luego a los pollos y cerdos. (Lea: La faena vacuna de Argentina creció 5% en 2012, pero con más hembras)

Contra esa eficiencia no podremos competir, ningún rumiante puede lograr conversiones similares con concentrados, pero si podemos hacerlo con forrajes sin otro destino posible y parte de grano, para un mercado sofisticado y gourmet, allí deberíamos apuntar si queremos desarrollar una ganadería eficiente, integrar la res con cortes económicos y premium, generar una cadena transparente y formal de valor en la que todas las puntas participen. Ese es el camino.

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