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Foto: Gobernación de Caquetá.

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Certificarse, alternativa de valor agregado para los cacaoteros

Por - 04 de Noviembre 2014

De acuerdo con Fedecacao, los productores deben saber que para obtener un mejor posicionamiento en el mercado se requieren tener en cuenta las inversiones tanto para las empresas que lo van a certificar, como para la adecuación del cultivo.


De acuerdo con Fedecacao, los productores deben saber que para obtener un mejor posicionamiento en el mercado se requieren tener en cuenta las inversiones tanto para las empresas que lo van a certificar, como para la adecuación del cultivo.

Las certificaciones para los cultivos y los productos agrícolas se constituyen en un medio eficaz para posicionar un producto y darle valor agregado, de manera que pueda ser comercializado fácilmente. Son también el medio más idóneo para mostrar que el productor está comprometido con causas como la producción orgánica, la protección del medio ambiente, las Buenas Prácticas Agrícolas, BPA, el pago justo a los trabajadores, entre otras.

Por los productos certificados se paga en general un mayor precio que por los tradicionales, siendo un aspecto importante a tener en cuenta, además de la calidad, cuando se quiere promocionar un producto”, señaló Éduard Baquero López, presidente de la Federación Nacional de Cacaoteros, Fedecacao. (Lea: Marca italiana lanzará chocolate con leche de burra y cacao criollo)

De acuerdo con el dirigente gremial, en la actualidad en el mercado existen una gran cantidad de normas y sellos de certificación diferentes, como las denominaciones de origen, los sellos de calidad, las especialidades tradicionales, los sellos ecológicos, el comercio justo, las normas socioambientales, las BPA.

¿Para qué se certifica?

El cultivo del cacao, dadas algunas de sus características, como el hecho de cultivarse bajo un sistema agroforestal, asimilarse a un bosque productivo, favorecer la protección del agua, flora y fauna y ser un cultivo sostenible, y requerir una baja aplicación de insumos agroquímicos y pesticidas, entre otras cualidades, es altamente viable para certificarse por ejemplo bajo las exigencias de los sellos orgánicos o ecológicos, o las BPA.

El principal objetivo de las certificaciones es proporcionar los criterios que aseguren al comprador que el producto que adquiere satisface los requisitos pactados en una norma o acuerdo”, agregó Baquero, quien aseguró que esos procedimientos buscan que el cacaocultor obedezca a la calidad del producto, el origen, el modo de producción, los atributos, requerimientos específicos, y en muchos casos a un detallado seguimiento de toda la cadena de producción que va desde el agricultor hasta el consumidor final. (Lea: Conozca la calidad del suelo de su predio y sáquele más provecho)

Según Fedecacao, por lo general los productos o procesos se certifican como respuesta a una demanda especifica o a un requerimiento del mercado, como puede ser el caso de un cacaocultor que tiene la opción de exportar a un mercado como el europeo, “pero el comprador además de exigirle una alta calidad y análisis fisicoquímico y organoléptico, también le pide que el cacao esté certificado por ejemplo bajo la norma orgánica europea o las BPA”, explicó el presidente del gremio.

Entidades certificadoras

Hay empresas denominadas entidades certificadoras y son aquellas que están debidamente acreditadas para poder otorgar dicho documento bajo los parámetros o criterios de una norma en particular.

Estas entidades se especializan en algunos tipos de certificaciones o sellos específicos.

Como ejemplo, en Colombia está el Instituto Colombiano de Normas Técnicas, Icontec, que certifica en la norma de Buenas Prácticas Agrícolas, BPA, bajo la Norma Técnica Colombiana NTC 5400; también está la norma Globalgap de la Asociación Global para las Buenas Prácticas Agrícolas, la cual normaliza la producción de frutas, hortalizas, flores y ornamentales, café verde y té bajo los parámetros de las Buenas Prácticas Agrícolas.

La Fundación Natura tiene en Colombia bajo su campo de acción la certificación de la norma Rainforest Alliance, la cual es una certificación de fincas bajo parámetros sociales y ambientales, que se enfoca principalmente en los sistemas productivos de café, banano, flores, cacao y cítricos. (Lea: Cacaoteros colombianos reciben apoyo técnico suizo)

Ecocert Colombia es una filial de Ecocert Francia que en nuestro país está enfocada principalmente a las certificaciones bajo las normas de producción ecológica, dentro de las cuales se incluyen la norma europea CEE 834/2007; la de los Estados Unidos NOP; del Japón JAS, y la de producto ecológico colombiano Resolución 187/2006.

Bajo estas normas se pueden certificar todos los productos agrícolas, incluyendo al cacao y algunas permiten la de productos agropecuarios procesados.

Dentro de esta misma línea de certificaciones se encuentran otras entidades autorizadas como Biotrópico, Biolatina, Corporación Colombia Internacional, Cotecna, BCS OKO Garantie y CERES, entre otras, que certifican además en algunos casos para otras normas como la UTZ.

Finalmente, en Colombia opera FLOcert que certifica para la norma de comercio justo, y más recientemente está participando el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, con la certificación en la norma de BPA, la cual entre otras cosas es la única certificación que se ofrece de manera gratuita”, aseguró el dirigente.

Costos

Los costos de un proceso de certificación en términos generales se pueden dividir en 2 grandes categorías que son:

• Costos directos pagados a la entidad certificadora: incluyen aspectos como auditorías, atestación, mantenimiento del sello, análisis de suelos o laboratorio, trámites, etc. (Lea: Europa disfrutará cacao colombiano antes de finalizar 2014)

• Costos de acondicionamiento de la finca o el sistema productivo: estos costos pueden variar mucho y dependen básicamente del tipo de norma y de las condiciones de la finca y el sistema productivo que maneje el productor. Incluyen aspectos como cambio de insumos, tratamientos de agua, mejora en baños e instalaciones, siembra de árboles, etc.

“Las certificaciones son una buena alternativa de valor agregado, aunque implica una serie de inversiones, en muchos casos altas. Se trata no solo de una decisión de tipo comercial, sino además económica que debe ser evaluada de manera cuidadosa antes de tomar cualquier decisión”, puntualizó  Baquero.