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Foto: Feedsagrisolutions SAS

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Colombiano desarrolla harina de insectos para alimentar animales

Por - 04 de Julio 2017


Un grupo de investigadores en Santander desarrolló la harina de insectos, que aprovecha los nutrientes de la mosca soldado negra para producir un alimento altamente nutritivo para aves y peces.   Florentino Torres Meneses es un ingeniero Industrial especialista en dirección de empresas y con título de MBA en dirección de proyectos. Fue fundador de la Asociaciones Latinoamericana y Colombiana de Plantas de Rendimiento, así como director de la empresa Feedsagrisolutions SAS.   Ha asesorado a más de 35 empresas procesadoras y ha participado en el diseño y montaje de más de 25 plantas de rendimiento en Suramérica. Estas plantas de rendimiento o rendering son los establecimientos donde se transforman desechos animales en sustancias aptas para el consumo.   En su afán por encontrar un producto nutritivo y basado en el proceso de rendering, Torres creó Feedsagrisolutions junto con Sergio Nates, doctor en Medioambiente y Evolución y PhD en Biología ambiental y conservación. (Lea: Fao invita a criar y comer insectos para luchar contra el hambre)   En esta búsqueda, desarrolló la harina de insectos, que resulta una alternativa nutritiva ante la escasez de materias primas para fabricar alimentos balanceados. Este suplemento puede acompañar las comidas de animales que son aprovechados en la nutrición humana.    “La materia prima de la cual sale la harina de insectos son los residuos orgánicos, dicho de otro modo, basura orgánica. Es una opción económicamente viable, en reemplazo de la harina de pescado, pues en el mundo se necesitan 20 millones de toneladas y solo se producen 8”, precisó Torres.   Por esta razón, siguiendo las recomendaciones de la FAO de aprovechar los nutrientes que aportan los insectos, el ingeniero industrial decidió sacar adelante un proyecto para fabricar un concentrado para animales a partir de las moscas.   La harina se obtiene a través del procesamiento de las larvas de la mosca Hermetia illucens, cuyo nombre común es soldado negra. Estas se cultivan en los residuos orgánicos y se dejan crecer hasta cierta edad, para luego ser convertidas en harina. Según el ingeniero, la ventaja de esta mosca es que en su etapa adulta no es transmisora de vectores como la mosca doméstica.   Aportes nutricionales   Los estudios realizados por el equipo de Torres pudieron constatar que la harina de insectos tiene un alto contenido nutricional, que resulta mucho más favorable que otro tipo de alimentos.   Su producto cuenta con 55 % de proteína, entre 11 y 14 % de grasa y cenizas del 15 %. Además, su perfil nutricional de aminoácidos es similar al de la harina de pescado, que a pesar de más conocida, su empleo se ve limitado por el alto costo.   Por el contrario, la materia proveniente de la mosca es mucho más económica, pues no requiere todo el trabajo de conseguir los residuos de los peces, mucho menos si se buscan en ultramar. En ese sentido, el valor de la harina de insecto es menor de la mitad de lo que vale la de pescado.   Asimismo, tiene un alto grado de palatabilidad, mostrando aceptación en numerosas especies, incluso aquellas que no están acostumbradas a consumir insectos. (Lea: Los insectos de hoy, ¿la comida de mañana?)   Pruebas en animales   No cabe duda que la efectividad del alimento se prueba en las dietas. El ingeniero ha suministrado el producto en peces, en pollos de engorde y en gallinas ponedoras. En estas últimas, ensayaron reemplazar un 30 % del concentrado por larvas vivas, mejorando la postura en un 6 %.   “Hicimos otra prueba reemplazando el 20 % y eliminamos la soya, el alimento más económico, y se mantiene la postura en un 6 % frente a una gallina con alimento tradicional”, añadió el director del proyecto.   Han trabajado con la Sociedad Humanitaria de Estados Unidos, que promueve la producción de huevos comerciales fuera de jaula. En este sistema, se pierde hasta un 10% en la postura, por lo cual los indicadores que ofrece la harina de insectos son favorables.   Sin embargo, reconoció que las muestras en este campo han sido muy pequeñas (apenas 50 aves) y por eso aspiran a trabajar con empresas que tengan entre 1.000 y 2.000 gallinas, para confirmar las cifras. (Lea: Harina de pescado, una fuente proteica de alimento para ganado)   “En acuacultura hemos trabajado con una compañía que produce pargo rojo en jaulas de alta mar y lo vende a los supermercados Target y Walmart en Estados Unidos, pero están interesados en alimentarlos con la larva viva o deshidratada. Hemos hecho un par de reuniones y la idea es reemplazar el alimento por la larva en un 30 o 40%”, precisó Torres.   Ambos sectores resultan atractivos, aunque el ingeniero industrial reconoció que prefiere la piscicultura porque los rendimientos han sido más favorables y la rentabilidad es mayor. Sin embargo, la harina no deja de ser efectiva en aves, e incluso la han probado en mascotas.   Residuos de la ciudad se transforman en alimento   En su proyecto de investigación, Torres y su equipo probaron diversos tipos de residuos además de las basuras, como los de las plantas de tratamientos de aguas residuales domésticas e industriales. Todos han dado resultados favorables en la alimentación de estas larvas.   El experto contó que la investigación dio como resultado la instalación de una planta piloto donde producen 15 kg de harina al día. Sin embargo, la idea es presentar su proyecto ante inversionistas para montar una fábrica mucho más grande, para procesar de 50 a 200 toneladas diarias de residuos orgánicos.                 “Una ciudad como Bucaramanga tiene 1.000 toneladas de basura al día, de las cuales el 57 al 60% son residuos orgánicos. De ese porcentaje, la mitad está libre de otros contaminantes, es decir, no está mezclado con bolsas ni otros productos reciclables o que harían más costoso el proceso”, dijo.   En conclusión, la capital de Santander con una población de 1 millón de habitantes podría ofrecer entre 250 y 300 toneladas de residuos al día, que podrían aprovecharse en la fabricación de alimentos para los animales.   El proyecto consiste en el montaje de una “ganadería de insectos”, donde habría una planta de incubación, otra de reproducción, una tercera de engorde y la última para procesar las larvas cebadas y fabricar la harina.   Torres se inspiró en un proyecto similar que se desarrolló en Johannesburgo, Sudáfrica, donde se aprovecharon las moscas que proliferaban en las letrinas humanas, y contó con financiamiento por parte de la Fundación Bill y Melinda Gates.   Hay otras iniciativas parecidas, incluso en Colombia hay 2 jóvenes que trabajaron para producir harina de grillo, pero enfocada en combatir la desnutrición de las personas. (Lea: Nuevo récord en consumo mundial de pescado per cápita)   Por eso, ante el temor que puede generar el uso de insectos como alimento o el hecho de que consuman residuos orgánicos, Torres aclaró que se han practicado pruebas microbiológicas y no han encontrado rastros que puedan ser perjudiciales para los animales. Además, en otros países las personas consumen insectos como parte de su dieta diaria.   Por el contrario, señaló que su aspiración es que más personas conozcan su producto y reconozcan sus beneficios, pues se trata de una alternativa con un triple beneficio: un alimento nutritivo, de bajo costo y que cuida al medio ambiente.   “Este es el futuro de la nutrición animal. Ya hay empresas grandes interesadas en este proyecto”, declaró Torres.