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Luis Guillermo Altahona, un líder que quiere ver que el Estado trabaje más por el campo

Por - 10 de Octubre 2021


Luis Guillermo Altahoma Buelvas es un sucreño de 35 años que adquirió el amor por el campo gracias a los valores que le inculcó su madre. Este profesional agropecuario sueña con ver a los gobernantes verdaderamente comprometidos con el sector.

Nacido en el municipio de Corozal en 1986, este joven productor es hijo de Guillermo Altahona y Nadys Buelvas. Actualmente está casado con Fidelina Álvarez con quien tuvo dos hijos llamados Elias Baruj y Luis Guillermo, quienes se han convertido en el pilar de su vida. Altahona Buelvas asegura que “desde muy niño he sido sensible a todo lo relacionado con Dios y la naturaleza, llegando a pensar que Dios debe ser como lo describe el filosofo Baruc Espinoza”.

El lugar donde todo empezó, lleno de principios y experiencias

Este productor de tan solo 35 años asegura que tuvo el privilegio de crecer en un sector del Municipio cercano al campo, pues a solo dos cuadras de su casa se extendían inmensos potreros destinados a ganadería, donde la mayoría de las tardes varios grupos de sus amigos solían frecuentar para desarrollar actividades al aire libre. (Lea: Luis Alcides Quiroga cree que la genética es la base del éxito en ganadería)

Esta inquietud por el campo no solo viene de los principios inculcados por su madre, sino también por una pasión que siente por la lectura, siendo la Biblia su preferida, “en especial el Libro de Proverbios donde dice: sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia. Razón por la cual me ha gustado tener amistades con mayor edad que yo, aplicándolo también a mi vida profesional”.

Para este profesional del campo, es enriquecedor conocer de las experiencias de las personas curtidas en temas que apenas él está conociendo y llenarse de saberes. Se considera un buen amigo, conversador y que le complace tener tertulias, contar anécdotas, reír y disfrutar buenos momentos al lado de familiares y conocidos, lo cual lo ha hecho un hombre apasionado por las causas sociales y comprometido con la comunidad.

En palabras de Altahona Buelvas, “soy buen observador y analítico de los ambientes donde me desenvuelvo, me gusta asumir retos, trabajar en equipo y marcar la diferencia en todo lo que hago. Constante e imparable, comprometido y agradecido cuando me dan la oportunidad de aportar a la sociedad desde el punto de vista personal y/o laboral”.

Adentrarse en el campo, un nuevo mundo al que hoy le debe mucho

Su primera experiencia con el campo fue cundo tenia alrededor de 7 años en un viaje con su mamá a la subregión de la Mojana a visitar a su familia materna en el municipio de Sucre. En ese instante, el productor recuerda que “la travesía desde el municipio de Magangué hacia Sucre- Sucre en lancha y luego de allí al corregimiento de Malambo montado a caballo disfrutando de toda esa flora y fauna colocaron en mí su impronta”.

La familia de materna de su madre vive en la Mojana, por lo tanto, todos tenían alguna relación con el sector agropecuario, principalmente pequeños y medianos productores bajo el sistema vacuno doble propósito. Por otra parte, su abuelo materno y sus tías maternas, que viven en el corregimiento de Sabanas de Beltrán en la subregión de Sabanas del departamento de Sucre, desarrollaban cultivos de algodón, yuca dulce, ñame, maíz, ajonjolí y ganadería doble propósito a pequeña escala.

“Todo ese contacto con el campo, por lo general en época de vacaciones en semana santa, a medianos y fin de año, generaron en mí el amor por el campo. Además, terminados mis estudios de bachillerato me fui nuevamente a la Mojana hacia la finca del tío Juan Sánchez, donde permanecí por alrededor de 6 meses acompañándolo en procesos de compra y venta de machos de levante. No obstante, siempre mantenía con la inquietud de los procesos que se hacían debían ser desarrollados de manera diferente para obtener mejores resultados”, expresa Altahona Vuelvas.

Fue así como empezó a consultar carreras relacionadas con el sector pecuario, decidiéndose por la zootecnia en la Universidad de Sucre, pues siempre le gustaron los rumiantes, por lo que sus pasantías las realizó en la bufalera Mosquito, y su trabajo de grado enfocado en el comportamiento ingestivo en crías de búfalos.

Todo esto lo llevó a obtener grado honorifico en el año 2011, obteniendo una beca para la especialización en Nutrición Animal en el año 2021, por lo que en contraprestación ofreció horas catedráticas en la Universidad de Sucre.

“En el año 2013 fui beneficiario de un proyecto de fondo emprender para establecer un sistema vacuno doble propósito con cruces con ganado BON, proyecto que inicié en el municipio de los palmitos y posteriormente trasladado a la Mojana, actividad que alternaba con cultivos de yuca, maíz y tabaco rubio. Ese mismo año me formé como Extensionista Rural en un Diplomado ofrecido por el Sena”, explica Altahona Buelvas.

En el año 2015 fue beneficiario de una beca por parte de Colciencia para estudios de Maestría en la Universidad de Córdoba en Ciencias Veterinarias del Trópico. Su actividad ganadera la alternaba con sus estudios de posgrado como Formador SENA y la prestación de asesorías a ganaderos de la región y a pequeños productores afiliados a la Anuc en el departamento de Sucre.

Terminados estos estudios, el profesional inició una consultoría en el año 2019 con la Corporación Universitaria del Caribe y la Gobernación del Magdalena en el Diseño de Sistemas Agrosilvopastoriles, ahorro y uso eficiente del agua, uso de biodigestores, manejo adecuado de estiércol y pasturas; dentro del proyecto de investigación de los efectos de la variabilidad climática y el cambio climático sobre los recursos hídricos, biodiversidad y actividades agropecuarias en el departamento del Magdalena. (Lea: Tréquina, un modelo de ganadería sostenible en sabanas inundables)

Actualmente se encuentra ejerciendo como Secretario de Desarrollo Socioeconómico, rural y ambiental del municipio de Corozal, encontrando en este cargo “la oportunidad de fortalecer el sector agropecuario municipal por medio de la articulación de proyectos con el Ministerio de agricultura, Prosperidad Social, gobernación de Sucre y entidades afines con el agro, con el objetivo de fortalecer y encadenar procesos productivos que permiten mejorar la calidad de vida de nuestros productores rurales”, señala Altahona Buelvas.

El potencial que ve en el sector agropecuario ha sido la principal motivación para seguir adelante, pues el profesional considera que el agro es el pilar fundamental en los procesos de soberanía y seguridad alimentaria de la nación, llamados a suplir la demanda de alimentos de una población mundial que constantemente está en crecimiento y requiriendo proteína animal de excelente calidad a bajos costos.

A su corta edad, muchos son los aportes al agro de Colombia

“Desde mi formación como profesional agropecuario y extensionista rural he laborado en la Anuc Nacional, Anuc Sucre y Sena Regional Sucre, conociendo directamente la problemática del pequeño productor agropecuario, para posteriormente iniciar procesos de organización gremial y fortalecer los procesos relacionados con la economía campesina familiar y comunitaria en los municipios donde hice presencia, lo que permitió que muchas de esas asociaciones participaran y fueran beneficiarios de diversas convocatorias para el agro”, describe Altahona Buelvas.

A esto hay que sumarle que como docente en la Universidad de Sucre en las áreas de Nutrición Animal y producción de pastos y forrajes, despierta en los estudiantes la necesidad de replantear los sistemas de producción agropecuaria actual por sistemas de producción sostenibles, sustentables y eficientes, donde sean menos dependientes de insumos, trabajando de manera armónica con el ecosistema y pensando en el impacto positivo o negativo que se ocasiona al momento de prestar los servicios como profesionales del sector.

Desde su cargo actual el dirigente menciona que “he logrado que en el plan de desarrollo 2020-2023 se salde la deuda histórica que se ha tenido con el sector agropecuario del municipio de Corozal, fortaleciendo la Umata con la vinculación de agrónomos, zootecnistas, veterinarios, ingenieros agrícolas, con los cuales ejecutamos Asistencia profesional agropecuaria en cada una de las veredas y corregimientos, asesorando y brindando apoyo a nuestros productores rurales”.

Se le suma la elaboración del plan de extensión agropecuaria, reactivación del CMDR articulado con la Gobernación de Sucre y ADR. Además la ejecución de proyectos de capacitaciones en asociatividad acompañados de fortalecimiento, entrega de insumos y encadenamiento productivo.

Un camino largo que ha reafirmado su amor por el campo

Altahona Buelvas cuenta que “en el año 2019 asesoraba una finca en el municipio de La Unión Sucre que fue seleccionada por el ICA para adelantar un muestreo aleatorio para detectar presencia de animales positivos para brucelosis. En ese momento fueron muestreados 15 animales en el mes de septiembre de ese año y desafortunadamente la fina entró en cuarentena a la espera de los resultados. Lo increíble es que los análisis tuvieron que hacerlos en Bogotá porque el laboratorio de Sincelejo no contaba con reactivos necesarios”.

Además de esto les tocó esperar cuatro meses para que entregaran los resultados cuando el tiempo era de menos de un mes, saliendo supuestamente positivo 3 animales, situación que los llevó a saneamiento de hato.

“En ese momento empezó el calvario, además de las demoras en la entrega de resultados, los costos de los análisis, transporte de los animales a la planta de sacrificio a 100 km y el costo de sacrificio de los animales corrieron por cuenta del productor, lo irónico es que la venta de la carne producto de la faena no alcanzaba a compensar el gasto realizado”, dice el profesional.

Todo esto llevó Altahona Buelvas a pensar cómo haría un productor que vive de 5 vacas en un municipio como Guaranda, donde fácilmente se tiene la planta de sacrificio más cercana a 200 a 250 km de distancia, sumado a que no contara con el recurso para pagar el flete de una vaca o para el faenamiento.

“Esta situación nos dejó un poco aburridos y con muchas dudas que los funcionarios del ICA no fueron capaces de resolver, especialmente sobre la implementación de este tipo de estudios pensados para la región de Cundinamarca y extrapolados para el resto del país, los cuales terminaron convirtiéndose en un dolor de cabeza para nuestros ganaderos y en nada solucionaron el problema de brucelosis”, comenta Altahona Buelvas.

A estos obstáculos hay que sumarles los problemas de comercialización, una situación que afecta a múltiples productores y que muchas veces son ocasionadas por el mal estado de las vías terciarias y secundarias, por lo que al profesional le ha tocado comercializar una cosecha quedando sin utilidad y generando pérdidas.

Además, “la inseguridad en algunas zonas del país genera mucha zozobra para prestar nuestros servicios profesionales debido a la poca presencia del estado, lo que hace que los grupos al margen de la ley sean los amos y señores de la región”, asegura Altahona Buelvas.

¿Qué tiene por decir del campo colombiano?

El productor afirma que en Colombia se debe dejar de tomar decisiones centralizadas desde los escritorios del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural en Bogotá. “Es necesario que las políticas publicas que se crean en beneficio del agro sean diseñadas teniendo en cuenta la complejidad del sector a lo largo y ancho de nuestra nación, y que las personas que están al frente del MADR y entidades relacionadas con el sector tengan la formación agropecuaria y experiencia para tomar decisiones basadas en la realidad del sector”.

Esta es la principal razón por la que sueña con ver gobernantes verdaderamente comprometidos con el campo, con un equipo de trabajo altamente calificado en formación y experiencia agropecuaria que tengan conciencia por el agro y que desarrollen políticas publicas orientadas a estructurar un sector agropecuario estable y beneficioso para los colombianos.