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Foto: FAO

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Suspenden aranceles de maíz, sorgo y soya

Por - 10 de Abril 2020

Gobierno explica que la medida se toma con el fin de aumentar la capacidad de abastecimiento de estos productos, y que pondrá en marcha una serie de incentivos para los campesinos dedicados al cultivo de maíz. Fenalce pide derogar la medida


Gobierno explica que la medida se toma con el fin de aumentar la capacidad de abastecimiento de estos productos, y que pondrá en marcha una serie de incentivos para los campesinos dedicados al cultivo de maíz. Fenalce pide derogar la medida

Con el fin de disminuir costos a los productores del campo colombiano, el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Rodolfo Zea Navarro, informó que desde hoy y hasta el 30 de junio se suspenden los aranceles de maíz, sorgo y soya, materias primas utilizadas para elaborar alimento para especies animales.

"Es una realidad que los alimentos balanceados para animales pesan hasta un 60 % dentro de los costos de producción de pollo, huevo y cerdo y que su valor se ha incrementado debido al aumento de la tasa de cambio por encima de $4.000. Por ello, hemos puesto en marcha esta medida con la cual contribuiremos al control de los costos de producción lo que en últimas tiene efectos en el precio al consumidor", dijo el jefe de la cartera agropecuaria.

También dentro de los factores que se tuvieron en cuenta para la adopción de la medida es que el país no es autosuficiente en maíz amarillo duro, sorgo, soya y la torta de soya, principales materias primas utilizadas en los alimentos balanceados para animales.

No obstante, puesto que el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural está interesado en la promoción del sector cerealero nacional, establecerá una serie de apoyos directos que contribuyan al incremento de la producción nacional y a la mejora de su competitividad.

La decisión de suspender el arancel quedó establecida en el decreto 523 del 7 de abril de 2020, en la cual también se detalló que en principio la medida tendrá una vigencia hasta el 30 de junio de este año, pero se podrá prorrogar hasta por tres meses más, teniendo en cuenta una previa evaluación del Comité de Asuntos Aduaneros, Arancelarios y de Comercio Exterior y del Consejo Superior de Política Fiscal (CONFIS).

Derogar la medida

Por su parte, la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce), en carta enviada al presidente Iván Duque Márquez, le solicitan reconsiderar la necesidad de esta medida y estudiar su derogación.

Argumentan que dicha medida provoca desviaciones de comercio no negociadas con la comunidad, no le exige a la agroindustria beneficiada un compromiso de desempeño con la absorción de la cosecha nacional para lograr un encadenamiento productivo y de suministros eficiente, ni pone a competir a todos los eslabones en las mismas condiciones que al sector agrícola.

Agregan que la medida no tiene nada que ver con desabastecimiento ni con altos precios (porque la alta oferta internacional disponible rebajó el precio del maíz y compensó con creces la subida del dólar).

Consideran que al desgravar aranceles no se ve ningún impacto sobre el precio del producto terminado ante el consumidor final, con lo cual lo que se desaprovecha es una oportunidad de oro de fortalecer la producción primaria de estos dos cultivos responsables de la seguridad alimentaria en nuestro país: el maíz como fuente de calorías y la soya como fuente de proteína, para producir el pollo, huevo, cerdo, pescado, leche, carne y toda la gama de alimentos de consumo humano directo que forman parte de nuestra gastronomía tradicional (arepa, tamales, empanadas, buñuelos, hojuelas, mazamorra, mute, etc.).

Señalan que lo que se requiere es un mayor control a la calidad de las materias primas que se importan al país; que la SIC vigile y ayude a controlar el precio de los alimentos generados por esta cadena agro-ganadera; que no se negocie maíz nacional por debajo del precio del importado y que se verifique el uso y la destinación del maíz importado (que los volúmenes sean utilizados en lo que se declara ante la DIAN y no termine en las plazas de mercado del consumo humano), a riesgo de adquirir un producto traído para consumo animal con unas tolerancias de micotoxinas bien diferentes a los que requiere el Codex Alimentarius de la FAO y la salubridad pública de todos los Colombianos.

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