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Foto: Juan Carlos Gómez, archivo Cipav.

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5 criterios para diseñar bancos forrajeros mixtos

Por - 11 de Octubre 2017

BFM permite mejorar la oferta alimenticia para los animales y además tiene múltiples beneficios ambientales ligados a la protección del suelo, el reciclaje de nutrientes y el sombrío de árboles que se siembran en los bordes o espaciados en el interior.


Los BFM permiten mejorar la oferta alimenticia para los animales y además tienen múltiples beneficios ambientales ligados a la protección del suelo, el reciclaje de nutrientes y el sombrío de árboles que se siembran en los bordes o espaciados en el interior.   Los Bancos Forrajeros Mixtos (BFM) son cultivos intensivos de forrajes arbustivos (follajes ricos en proteínas, minerales y vitaminas) y herbáceos (caña de azúcar y pastos de corte ricos en azúcares solubles y fibra), diseñados para maximizar la producción de hojas y proporcionar forrajes de corte y acarreo durante todo el año. (Lea: Banco Mundial y Reino Unido visitan fincas de ganadería sostenible)   Según investigaores de CIPAV (Carta Fedegán 117), los BFM adquieren importancia para el sostenimiento del ganado durante los periodos de sequía.   De acuerdo con CIPAV varias especies de plantas con forrajes nutritivos se asocian para aumentar la productividad en áreas reducidas que son manejadas en forma intensiva.   Esta herramienta permite mejorar la oferta alimenticia para los animales con múltiples beneficios ambientales ligados a la protección del suelo, el reciclaje de nutrientes y el sombrío de árboles que se siembran en los bordes o espaciados en el interior. (Lea: Así se prueban las semillas forrajeras para comprobar su calidad)   Para el diseño de los bancos forrajeros mixtos se aplican cinco criterios: 1. Las plantas leñosas arbustivas ocupan como mínimo 75% del área y generan cerca de la tercera parte de la biomasa, de alta calidad proteica, minerales y vitaminas. 2. Las gramíneas forrajeras energéticas generan hasta dos terceras partes de la biomasa y ocupan hasta la cuarta parte del área. 3. La densidad mínima es de 15.000 plantas por hectárea. 4. Cada banco asocia como mínimo seis especies forrajeras. 5. La complementariedad en los ciclos productivos de las especies forrajeras y en los usos como fuentes de alimento para diferentes especies animales se ajusta a las necesidades del pequeño productor. Este proceso continuará como parte de una estrategia nacional de adaptación de la ganadería al cambio climático.