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Por CONtexto ganadero - 02 de Junio 2023
Darle calostro al ternero recién nacido es clave para garantizar su subsistencia y un adecuado desarrollo en la medida en que crezca.
Las crías recién nacidas son animales indefensos en todo sentido, por lo que requieren de unos primeros cuidados y alimento que les permita obtener las defensas para sobrevivir y eso lo encuentran en el calostro.
La madre por lo general y de manera instintiva limpiará la boca y la nariz de su cría facilitando la respiración. Además, secará al recién nacido con la lengua generando, adicionalmente, un masaje que estimulará la circulación y la respiración del animal. De no ser así, es importante que un operario lo haga, garantizando la vida del neonato.
Esa indefensión no es solamente física también lo es en su sistema inmunológico por lo que el consumo de calostro es fundamental para la salud de la cría, señaló el médico veterinario especialista, Ricardo Arenas, en un nuevo capítulo del Manual Práctico Ganadero elaborado por la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegán).
El ternero recién nacido, como la mayoría de los mamíferos, casi no tiene defensas y su sistema inmunológico aún inmaduro no puede reaccionar y producir anticuerpos contra muchas posibles enfermedades que lo afecten.
La estructura de la placenta bovina no permite la transferencia de inmunoglobulinas de la sangre de la madre al feto antes del nacimiento por lo que el neonato nace sin inmunidad de anticuerpos adecuada y depende, casi totalmente, de la transferencia pasiva de inmunoglobulinas maternas mediante el consumo de calostro. (Lea: ¿Sabe usted cómo se debe suministrar el calostro en las primeras horas del ternero?)
De esta forma, la absorción intestinal protege al neonato de las enfermedades hasta que su propio sistema inmune llegue a ser completamente funcional. Es por esto que la madre, durante los primeros días, produce un alimento especial que es el calostro, el cual además de contener todos los nutrientes que la cría necesita, también es rico en defensas, anticuerpos y gamaglobulinas de las cuales dependerá la sobrevivencia del animal al menos durante los primeros tres meses de vida.
Es indispensable que la cría consuma calostro durante las primeras 12 horas de vida, idealmente antes de las primeras cuatro a seis horas pues en este momento, la membrana intestinal está en capacidad de absorber estos anticuerpos que tienen un gran tamaño. Progresivamente la membrana se va cerrando hasta quedar reducida a unos poros muy pequeños que no permitirán esa absorción.
Observando detalladamente la ubre de la vaca recién parida y el estómago de la cría, el personal capacitado podrá deducir si el ternero ya ha tomado calostro. Si los pezones se ven llenos es evidente que no lo ha hecho y, por lo tanto, hay que ayudar al ternero y a la madre para que lo haga, siempre teniendo cuidado de realizar la labor con todo el protocolo de manejo animal y seguridad pues muchas de las vacas recién paridas muestran comportamientos agresivos por protección de la cría.
Si los pezones son muy grandes puede que se le dificulte al neonato cogerlos en su boca por lo que habría que ordeñar la madre un poco hasta que le quepan o entregarle ese calostro con un biberón. (Lea: ¿Cuál es la mejor forma de suministrar calostro?)
En caso de que la cría esté débil y no quiera o no pueda chupar, es necesario insistirle hasta que lo haga y asegurarse que toma una cantidad suficiente.
Teniendo en cuenta la importancia del suministro de calostro es necesario armarse de paciencia y dedicarle el tiempo que sea necesario porque de esto depende, en buena parte, la vida del ternero.
En algunas ocasiones las novillas de primer parto rechazan a la cría y no le permiten mamar, entonces se debe sujetarlas y manearlas para apoyar al becerro hasta que lo haga, evitando que lo golpee. Poco a poco la novilla se acostumbrará, la cría se vuelve más fuerte y ella sola se defenderá.
Cuando luego del parto la vaca muere, es necesario ordeñar calostro de otra vaca recién parida o utilizar fórmulas de calostro comerciales cuyo valor inmunológico no está aún suficientemente comprobado.
El calostro también puede conservarse congelado hasta por una semana sin alterarse lo que podría permitir tener un banco de calostro para emergencias. Al momento de usarlo se descongela al baño María y luego calentarlo hasta la temperatura del cuerpo que es de aproximadamente 37 grados centígrados. (Lea: Bancos de calostro, alternativa para tener crías bien alimentadas)
Para evitar diarreas por exceso de leche o calostro, el ternero recién nacido debe recibir entre cinco y seis litros de calostro diarios distribuidos en dos o tres tomas al menos. Cuando se trata de vacas lecheras es necesario ordeñar, siempre, el resto de la leche según los horarios de ordeño de la finca, para prevenir mastitis.
Concluyó señalando que el calostro es una forma de “vacunar” contra las enfermedades al recién nacido, por lo que su consumo es definitivo para la salud posterior.
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