'Maestros del agro': El Remanso, un ejemplo de ganadería lechera sostenible
PorCONtexto ganadero-11 de Octubre 2024
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Por - 03 de Noviembre 2022
Conozca las causas que pueden provocar fotosensibilización en bovinos y cuáles son los tratamientos que puede aplicar para mitigar y aliviar el problema. Esta hipersensibilidad a la luz solar produce quemaduras graves muy dolorosas que pueden afectar en gran medida a los animales.
Conozca las causas que pueden provocar fotosensibilización en bovinos y cuáles son los tratamientos que puede aplicar para mitigar y aliviar el problema. Esta hipersensibilidad a la luz solar produce quemaduras graves muy dolorosas que pueden afectar en gran medida a los animales.
De acuerdo con el artículo de Rumiantes, la fotosensibilización se produce cuando la piel se vuelve extremadamente sensible a la luz solar, lo que provoca una quemadura muy grave, incluso en condiciones de nubosidad.
En nuestro país se conoce como “la quema” que ocasiona daños en la piel del rumiante y en todo su sistema funcional, si no se actúa a tiempo. Es muy dolorosa, y los animales perjudicados pueden estar deprimidos o mostrar signos de dolor e irritación en las zonas afectadas.
Hay tres causas principales:
La fotosensibilización primaria ocurre cuando los compuestos de las plantas ingeridas provocan la fotosensibilización de la piel. Esta forma se observa en el ganado ovino y bovino que pastorea ciertas brasicáceas (principalmente colza y berza), el trigo sarraceno o hierbas como la de San Juan.
La fotosensibilización secundaria (o hepatógena) se debe a un daño hepático. Los agentes fotosensibilizadores son productos de descomposición de la clorofila (el pigmento verde de las plantas). Por lo general, el hígado los descompone pero si está dañado pueden acumularse.
La fotosensibilización por contacto, en la que ciertas plantas, especialmente el perejil gigante (Heracleum mantegazzianum), provoca la fotosensibilización de la piel. Esta situación es relativamente rara en ganado ovino y bovino, y normalmente solo incide en animales individuales.
La fotosensibilización también se produce en animales con trastornos hereditarios que producen agentes fotosensibilizantes a través de vías metabólicas anormales. Algunos ejemplos son la porfiria de los holstein, la protoporfiria del ganado limousin y una afección de las ovejas Southdown.
En algunos casos, la fotosensibilización se produce con mayor frecuencia en animales que salen a pastos exuberantes después de haber pasado un periodo prolongado en el interior con forraje conservado. (Lea: Factores que predisponen la aparición de plantas tóxicas en la finca)
Solo afecta a la piel no pigmentada y zonas de pelo fino, siendo orejas y hocico las de mayor riesgo. Estas partes se hinchan y los ojos se cierran en los casos graves. La piel puede desprender un líquido tisular amarillo. Más tarde, la piel se vuelve seca y agrietada, con una textura similar al cartón.
Los daños en la piel permiten la entrada de bacterias en el organismo y puede producirse una importante pérdida de proteínas y líquidos a través de la superficie agrietada. Cuando la cara está afectada, los animales tienen dificultades para comer y beber y pueden morir por deshidratación.
Los animales afectados deben ser alojados lo antes posible para protegerlos de una mayor exposición a la luz solar y evitar la entrada de bacterias a través de la piel dañada. (Lea: Fotosensibilización, un mal silencioso que ataca al ganado de leche y carne)
En casos esporádicos solo se separan los animales, pero cuando hay un gran número de afectados y en riesgo, se deben trasladar a otros pastos. La práctica habitual de tratamiento es con antibióticos a base de penicilina y antiinflamatorio con esteroides para reducir la inflamación.
Por su parte, Perusia y Rodríguez advirtieron que se debe suspender el alimento que causa la fotosensibilización y administrar laxantes, preferiblemente “sulfato de magnesio para eliminar rápidamente los agentes fotodinámicos que todavía no se absorbieron”
También recomendaron administrar antihistamínicos cada 5 horas así como aplicar corticoides localmente con pomadas a base de antiinflamatorios y sustancias que eviten el paso de los rayos solares (negro de humo). (Lea: ¿En qué consiste la porfiria congénita en ganado bovino?)
En caso de las vacas lecheras donde están afectados los pezones, se debe suspender temporalmente el ordeño y aplicar antibióticos intramamarios. La hidroterapia con agua fría en las zonas afectadas junto con sombra adecuada complementan eficazmente el tratamiento.
De otra parte, el portal en francés Reussir indicó que lo primero que hay que hacer es poner al animal a la sombra. Al mismo tiempo, hay que procurar su comidad dado que la piel quemada se va volviendo poco a poco acartonada, seca y muy dolorosa.
Este portal aconsejó aplicar grasa, esto es, aceite de oliva, de girasol o de almendras para cepillar generosa y regularmente sobre las zonas afectadas. Finalmente, es posible ayudar a la piel a regenerarse con vitamina AD3E y apoyar el hígado con un hepatoprotector.
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