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Foto: notinerd.com.

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No es cuando se preñe la vaca, sino cuando pare

Por - 03 de Mayo 2017

Disminuir los días abiertos, detectar celos, preñar la vaca, llevar la gestación a feliz término son las metas a las que todo productor le apunta si quiere hacer rentable negocio. Otro aspecto al que le debe prestar atención es a escoger muy bien en que época va a llegar al mundo el ternero.


Disminuir los días abiertos, detectar celos, preñar la vaca, llevar la gestación a feliz término son las metas a las que todo productor le apunta si quiere hacer rentable negocio. Otro aspecto al que le debe prestar atención es a escoger muy bien en que época va a llegar al mundo el ternero.   De acuerdo con Oscar Fernando Ospina, médico veterinario, investigador y experto asesor de empresas ganaderas, el cambio climático es una realidad a la que los productores pecuarios deben adaptarse y aprender a afrontar.   Indicó que debido a que hoy en día se presentan meses en los que llueve cero milímetros, las altas temperaturas y la baja oferta forrajera hace que las vacas que paren en esas épocas tengan bajos niveles de producción y reproducción y sufran de estrés calórico. (Lea: La fórmula para que los intervalos entre partos de sus vacas bajen)   Por su parte señaló que se ha demostrado que las vacas que paren en temporadas más frescas definitivamente tienen un mayor desempeño.   Asimismo dijo que el intervalo entre partos de las vacas paridas en temporadas secas tienden a ser más largos que los de aquellas que parieron en épocas más húmedas.   Según Ospina, si un ganadero hace el ejercicio de comparar el intervalo entre partos de las vacas que parieron entre los meses de diciembre, enero, y febrero, con el intervalo de aquellas que parieron en marzo, abril y mayo, se darán cuenta que les fue mucho mejor a las que trajeron al mundo crías en temporadas más frescas. (Lea: Disminuya días abiertos en las vacas para no cerrar la producción)   Partiendo de lo anterior, el experto cuestionó por qué hay algunos ganaderos que hacen parir sus vacas en el último o en los primeros 2 meses del año si saben que no les va a ir muy bien.   El médico veterinario manifestó que como por lo general las lluvias entran en marzo, abril y mayo, las vacas entran en celo, y si quedan preñadas en el tercer mes del año, paren en diciembre, es decir, cuando está entrando el verano.   “La vaca cae en la trampa de parir el verano y los intervalos entre partos se abren”, afirmó.   Precisó que una de las formas de mitigar el impacto del cambio climático es estacionalizando o planeando los partos para que ocurran en las temporadas más favorables. (Lea: "Ganaderos pierden dinero por cada día abierto de ssu vacas": Decuadro)   Cuando esto pasa la mayoría de índices mejoran y más porque el intervalo entre partos se reduce con disposición de alimento en el predio y un ambiente idóneo.   En ese sentido resaltó que uno de los puntos críticos a los que más se le deben prestar atención es el siguiente: No es la temporada en que se preñe la hembra, sino la temporada en que pare.   En conclusión, los ganaderos deben apostarle a la planeación o programación de partos. Con esta y otras medidas adoptadas en el predio, las reses podrán reducir días abiertos y mejorar sus índices reproductivos y productivos. (Lea:¿Qué tan difícil es preñar una vaca?)

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