Superovulación, un proceso para obtener más embriones bovinos

Esta técnica consiste en la inducción de múltiples ovulaciones gracias a la aplicación de hormonas gonadotropinas. CONtexto ganadero le explica cuáles son sus ventajas y cómo puede aplicarla en su predio.   Miguel Ángel Peña, médico veterinario, zootecnista e investigador del Centro La Libertad de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, Corpoica, aclaró que el objetivo de la superovulación es incrementar el número de folículos ovulatorios de la hembra bovina.   “Normalmente, solo ovula un folículo. Lo que se busca con esta técnica es que todos los folículos o la gran mayoría que producen una oleada folicular, por medio de inducción logren ovular. Con la superovulación se pueden obtener hasta unos 50 folículos, siendo 12 el promedio a nivel mundial”, aseguró. (Lea: Así se sincroniza el celo de las vacas de Colombia)   Luego se hace un lavado, con el cual se obtienen 8 embriones o estructuras. Para este proceso, se debe observar el momento de reclutamiento o aparición de la oleada folicular en el ciclo estral o aplicar hormonas para que se dé la oleada.   Peña recordó que la oleada folicular tiene 3 momentos: reclutamiento, selección y dominancia. Durante la primera etapa un conjunto de folículos, unidades donde se almacenan los ovocitos que resultarán en óvulos, se desarrollan gracias a la hormona foliculoestimulante, FSH.   En la segunda y tercera fase, de acuerdo con la tasa ovulatoria de la especie, uno o varios folículos se convierten en dominantes y continúan desarrollándose. El folículo dominante bloquea el soporte hormonal para el resto que comenzaron su crecimiento, reprimiendo el reclutamiento de una oleada. (Lea: 4 terapias hormonales exitosas en reproducción de vacas)   “En el caso de reducir la oleada folicular, lo que se hace en el reclutamiento se coloca una hormona FSH exógena para permitir que todos los folículos lleguen a fase de dominancia”, añadió el investigador de Corpoica.   La aplicación de la hormona se hace al noveno día luego de presentarse el celo. Se coloca una cantidad del medicamento dependiendo del tipo del animal, cada 12 horas, los días 9, 10, 11 y 12. El día 11 se aplica Prostaglandina F2 alfa para eliminar el cuerpo lúteo y permitir que los folículos crezcan, haciendo que el día 12 la hembra vuelva a entrar en celo.   En ese día, se debe inseminar la vaca o provocar la monta del toro. Luego, a los 7 días, se hace un lavado uterino para sacar los embriones, que pueden ser extraídos y congelados para luego colocarse en hembras receptoras que han sido previamente preparadas. (Lea: 5 aspectos que debe conocer sobre reproducción y fertilidad bovina)   Para el médico veterinario, lo más importante a la hora de hacer este procedimiento es elegir los animales adecuados, tanto el macho como la hembra, que se van a cruzar. Esta selección se hace porque el objetivo del proceso es generar ejemplares de alta calidad que mejoren la producción del hato bovino.   Aunque parezca que el procedimiento es costoso o complicado, Peña manifestó que resulta mucho más sencillo que la fertilización in vitro, pues los equipos que se requieren pueden instalarse en la finca y la superovulación adelantarse en el predio.   Superovulación en Colombia   Hay investigadores que han incursionado en nuevos métodos de superovulación, como Eduardo Angarita, gerente de la empresa Agen Genética y creador de la raza Brihmenpol, un trihíbrido entre Brahman, Simmental y Senepol. (Reportaje: Conozca la nueva raza Brihmenpol, ejemplar 100 % colombiano)   Durante su investigación, el médico veterinario logró laborar un método de superovulación mínimamente invasiva, para hacer que las vacas ovulen con la mínima dosis de hormona, con el objetivo de crear embriones de muy buena calidad y de hacer que la madre vuelva a estar en celo lo más rápido posible.   “Estamos haciendo la investigación de una molécula natural que favorece la superovulación o el rompimiento de la membrana folicular y así solamente se usa el 35 % de hormonas superovulatorias, mientras que generalmente se utiliza entre el 55 % y el 60 %, o a veces hasta el 100 % del medicamento, lo que produce consecuencias gravísimas reproductivas en las donadoras”, puntualizó.