Policía capturó al jefe financiero del ELN en Catatumbo
PorJosé D. Pacheco Martínez-24 de Abril 2025
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Los ganaderos de la zona rural de la capital cesarense decidieron repartir el líquido, pero se vieron obligados a interrumpir la donación por su evidente escasez. En retaliación, algunos pobladores empezaron a verter creolina para estropear esos pozos.
Los ganaderos de la zona rural de la capital cesarense decidieron repartir el líquido, pero se vieron obligados a interrumpir la donación por su evidente escasez. En retaliación, algunos pobladores empezaron a verter creolina para estropear esos pozos. Rafael Eduardo Rumbo Castro, profesional en Valledupar de Gestión Productiva y Salud Animal del Fondo Nacional del Ganado, FNG, contó la crisis que se vive por cuenta del verano en la zona. Hace algunos días cayó un aguacero en la parte alta del río Guatapurí que provocó un aumento del cauce, aunque fue algo pasajero. “Fue un caso fortuito. Llovió arriba, hacia las cordilleras, y el río se vino turbio por el cauce. Obviamente, ante lo sediento que está el pueblo y el ganado, cuando vieron que venía un poco más de agua, todo el mundo salió a recogerla”, sostuvo. (Lea: Ganaderos anhelan que este sea un ‘abril de lluvias mil’) La escasez ha provocado que los productores hagan cada vez pozos más profundos, en vista de que los que tienen no les proporcionan lo suficiente. Otros la compran de aquellos afortunados que aún cuentan con algo del líquido. La situación es tan difícil que algunos pobladores entran a las fincas para tomar el agua de algunas reservas que aún la conserven, sobre todo en corregimientos como María Angola. Varios ganaderos han denunciado esta situación. Uno de ellos, Javier Gutiérrez*, contó un problema mucho más grave. (Lea: Ganaderos están a la expectativa con proyectos ambientales en Cesar) “Ante esa situación, algunos propietarios de predios han dejado de vender o regalar agua porque se arman algunos desórdenes. Y en algunas ocasiones, la misma gente del pueblo le ha echado creolina a los pozos para dañarles el agua”, aseguró. El ganadero contó que estos propietarios suspenden la donación de agua porque deben ahorrarla para su uso personal, y no acceden a la pretensión de la comunidad de continuar regalando el líquido. “En retaliación, durante la noche o cuando no están vigilando, estas personas le agregan productos como desinfectantes, para dañarle el agua”, añadió. (Lea: El verano sigue golpeando a los ganaderos del Sur del Cesar) Por su parte, el profesional describió el drama que viven los habitantes de estos corregimientos. Los ríos se han secado, y el líquido que viene del acueducto solamente está disponible por una hora. Esto hace que se formen largas filas de personas con ‘pimpinas’ donde recogen el agua. Por el contrario, el casco urbano aún cuenta con flujo del acueducto, a pesar de que la presión ha disminuido. Esto ocasionó afectaciones incluso al hospital Rosario Pumarejo de López, que quedó dos días sin el líquido vital. (Lea: Advierten que ayuda del Gobierno no será suficiente en Cesar) Rumbo Castro manifestó que la misma operación de compra de agua también ocurre con la comida para el ganado. Según relató, los ganaderos que no disponen de pastos ni suplementos recurren a aquellos que tienen maquinaria y que produjeron henos y silos. “La gente me pregunta dónde pueden encontrar comida o quién vende. Uno los orienta con los que tienen maquinaria y venden alimento. Pero ya hay unos que no tienen cómo proveer a los ganaderos”, declaró. *Nombre cambiado a petición de la fuente
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