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Foto: Fedegan.org.co.

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Consejos para quien se inicia en ganadería de carne en trópico alto

Por - 01 de Marzo 2023


Aunque la gran mayoría de productores en los pisos térmicos más altos están dedicados a la lechería, algunos han optado por el negocio de levante y ceba como una alternativa mucho más rentable y menos exigente.   Debido al bajo precio de la leche, los abusos de la industria láctea y el aumento de los costos en la producción, muchos propietarios de ganado en predios del Altiplano cundiboyacense han decidido cambiar de sistema y dedicarse a la ganadería de carne.   Antonio Martínez es un ganadero de Chiquinquirá que decidió cambiarse de la producción de leche al negocio del levante y la ceba de bovinos. Se graduó como médico veterinario de la Universidad de La Salle hace 26 años, pero ya venía desempeñándose como productor de leche desde muy joven, después de haber heredado la finca de su padre y su abuelo.   Según él, durante 10 años las empresas nunca subieron el litro de leche más allá de los $1.000, por lo que hace 6 años decidió cambiar de sistema. (Lea: De cómo un productor de leche decidió cambiar al negocio de la carne)   “Nosotros llevamos 3 generaciones trabajando con lechería de raza Holstein. Este negocio era rentable hasta hace unos 16 o 17 años. El problema es que desde esa época nos están prometiendo que vamos a llegar a los $1.000 por litro de leche y no pasa de los $970, porque todos los años disminuye la rentabilidad”, aseguró.   Establecer una ganadería de carne   En primer lugar, hay que conocer cuáles son las razas de ganado para clima frío que pueden destinarse para los sistemas de levante y ceba. Estos animales deben ser altamente productivos porque el consumo de energía es mayor para conservar la temperatura corporal, lo cual quiere decir que necesitan más alimento.   Las principales razas taurinas para la producción de carne en Colombia en trópico alto son Aberdeen Angus, Limousin, Normando y Simmental. Hay otras ganaderías que se inclinan por ejemplares Blonde D’Aquitaine, Charolais, Hereford y Shorthorn. O como lo señaló el médico veterinario Esteban García, los cruces de razas habituadas a este clima con vacadas cebuinas.   “Se puede cruzar un Normando con cebú o un Normando con Angus. Si un ganadero quiere, puede comprar las crías de esos cruces que ya se ven por aquí, de Normando x Angus. Él las compra, las levanta y las ceba. El kilo de ganado gordo de este cruce puede costar hasta $5.500”, indicó.   Según García, se privilegia la compra de los cruces porque la conversión alimenticia es más eficiente, pues se logra el peso ideal para sacrificio en una edad más temprana. Por ejemplo, ya no se tardan 4 años en llegar a los 450 kg, sino 28 o 30 meses. (Lea: Así se comportarán la carne y la leche durante el resto del año)   Para Martínez, el proceso de establecer una ganadería de carne ha resultado costoso, pues él decidió implementar inseminación artificial con razas europeas como Limousin y Normando para obtener F1, luego F2 y lograr la raza pura por absorción con los F3, pero aclaró que los F1 se venden al mismo precio que los de raza pura.   Aun así, el ganadero afirmó que la venta de la carne genera más utilidades que la de la leche, pues recibe un valor por cada kilo más alto que el del cebú. Según dijo, recibe $3.800 por kilo de Normando y $5.500 por kilo de Limousin.   Además, el sistema de levante y ceba implica menos desgaste. Por ejemplo, con el ganado de carne no tiene que levantarse a las 3 am a hacer el ordeño, ni contratar a varios empleados ni suministrar gran cantidad de suplementos o concentrados para sostener la producción del lácteo.   “Yo desteto de los 7 a 9 meses, dependiendo si hay mucho verano, y los pongo a pastorear hasta que llegan a los 450 a 500 kg, en 24 meses”, señaló. (Lea: ¿Qué tipo de raza bovina debería tener de acuerdo al piso térmico?)   Martínez relató que el cambio decidió hacerlo cuando una vez se puso a hacer cuentas con un amigo y colega suyo que ya estaba incursionando con la raza Limousin. A pesar de que la inversión inicial era considerable, el ganadero se convenció de que la carne era el sistema que debía elegir.   Alternativas más económicas   Por el contrario, García indicó que la inversión no es tan elevada si los productores optan por criar ejemplares Normando o Simmental. De hecho, las pequeñas ganaderías se dedican al sistema doble propósito con esta raza, criando tanto al macho como a la hembra.   Explicó que la raza Limousin es menos apetecida en su zona por su gran tamaño, y si se insemina a una vaca pequeña con un embrión de este tipo, pueden haber complicaciones a la hora del parto.   Por eso, el médico veterinario manifestó que la raza por excelencia para dedicarse al sistema de levante y ceba es el Angus rojo, muy solicitado en los ganaderos del Altiplano Cundiboyacense.   Según la página de la Asociación Angus & Brangus de Colombia, los primeros ejemplares de esta raza llegaron en 1898 directamente desde Escocia a las tierras frías del valle del río Balsillas a 2.300 msnm en Caquetá.   A medida que se introdujeron más animales, los hatos que crían Angus puro pueden encontrarse en zonas que están a 1.700 msnm. Luego se cruzaron con vacada cebuina para combinar las características productivas con la adaptabilidad del Cebú.      Claro está que la amplia gama de razas les permite a los productores efectuar los más variados cruces, dependiendo de las necesidades y de los gustos de cada uno. (Lea: Informe: las mejores razas para explotaciones de carne y leche)   “Hay un ganadero de trópico alto que tiene 400 cabezas de ganado aquí en la zona, a una altura de 3.200 m. Tiene una vacada pequeña de Holstein y la empezó a cruzar con Simmental para tener novillos doble propósito”, contó García.   Cambio de negocio y apoyo gubernamental   Mientras que algunos productores compran embriones y venden toros de 4 años, otros procuran adquirir destetes que alimentan durante uno o 2 años.   De otra parte, el profesional agropecuario insistió en que no se pueden dejar de lado aspectos fundamentales como la incorporación de pasturas de excelente calidad, para producir tanto leche como carne, así como la aplicación de vacunas para preservar la salud del animal y las Buenas Prácticas Ganaderas, BPG, para llevarlo a su mayor potencial.   Aunque aseguró que la gran mayoría de ganaderos dedicados al sistema de carne comenzaron hace más de 20 años, el aumento en el precio del kilo ha hecho que algunos decidan inclinarse por una explotación doble propósito.   Orlando Pacativa, gerente de la Cooperativa Agropecuaria de Sotaquirá Cooagrosotaquirá, reveló en días pasados para CONtexto ganadero que los productores de la región estaban cambiando sus vacas lecheras para dedicarse a la ceba, debido al bajo pago que reciben por la leche y a la falta de apoyo gubernamental.    El líder gremial indicó que varios asociados a la Cooperativa decidieron cambiar de negocio porque ya no tenían rentabilidad. Mientras que algunos optaron por vender todas sus vacas, otros vieron en la ceba una oportunidad de negocio.   “Una novilla está costando entre $3 y $4 millones. El precio se ha mantenido aunque uno puede conseguirlas más baratas si no tienen registro ni vacunas contra brucella o tuberculosis”, contó Pacativa, que atribuyó este cambio a la baja rentabilidad que representa el negocio. A diferencia de la ceba, los productores deben destinar más recursos a la compra de alimentos y a la mano de obra. A la hora de evaluar la utilidad, se dan cuenta que la lechería deja menos réditos. (Lea: Ganaderos en Boyacá están cambiando negocio de leche por el de carne)   “El negocio de la leche es de centavos, adicionalmente la mano de obra sube y los insumos también. La parte más crítica es que no tenemos relevo generacional, los jóvenes ya no se quedan en el campo y no quieren trabajar en esto”, precisó.   Por su parte, Martínez manifestó que el negocio de la carne también necesita apoyo del Gobierno, si se pretende exportar carne. Insistió en que el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, debe ser más eficaz en la certificación de hatos libres de brucella y tuberculosis, así como en el programa de trazabilidad animal.   Asimismo, hizo énfasis en que el cambio de sistema también implica un cambio de mentalidad, pues el ganadero que estaba dedicado a la producción de leche debe entender que no ya no recibirá cheques cada quincena, sino cada 3 o 4 meses, cuando venda sus animales.   Si bien este proceso puede ser difícil al comienzo por las inversiones que se requieren y por la transición a otras costumbres, al cabo de algunos meses el productor podrá ver las utilidades de una ganadería de levante y ceba en clima frío.

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