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Por - 15 de Agosto 2022
Las patologías del sistema nervioso central en los bovinos pueden llegar a manifestarse en enfermedades cuyos signos clínicos resulten similares. Es por esta razón por la que es importante hacer un examen clínico exhaustivo para obtener preciso. Conozca cómo hacerlo.
Las patologías del sistema nervioso central en los bovinos pueden llegar a manifestarse en enfermedades cuyos signos clínicos resulten similares. Es por esta razón por la que es importante hacer un examen clínico exhaustivo para obtener preciso. Conozca cómo hacerlo.
En el canal de Youtube de Juan Camilo Guaidia, se expone que las patologias neurológicas son un problema de difícil abordaje porque son basadas en traumas, por eso hay que hacer un examen diagnóstico que se hacen en los pares craneales, con el cual se puede llegar al lugar de la lesión determinada según el termino evaluado. (Lea: Las parálisis en los nervios que causan cojeras en bovinos)
El primer nervio olfatorio, que es de difícil valoración que se puede sospechar durante la anamnesis cuando reconoce un alimento. Por eso el chequeo debe hacerse ofreciéndole al animal sustancias no irritantes como alimento, pero que sea sin que lo observe para analizar cómo responde.
De esta manera, se está produciendo un estímulo del cual se espera obtener una respuesta y así determinar si hay afectación a nivel del nervio olfatorio.
El segundo nervio que se debe evaluar es el óptico, por eso se debe realizar un movimiento brusco con la mano, de tal forma que no se desplacen columnas de aire hacia el ojo, pues lo que se quiere es producir un estimulo para obtener una respuesta a nivel ocular.
Si el animal llega a parpadear a la hora de realizar el movimiento, se considera que se encuentra en estado óptimo.
El tercer nervio que se debe evaluar es el oculomotor en el cual se va a ver el movimiento y el espacio que ocupa el globo ocular. Esta evaluación se puede hacer con la ayuda de una linterna directamente sobre la pipila para ver qué efecto genera.
El cuarto nervio troclear, en el cual se espera producir un estímulo con sonido, pueden ser lejanos o cercanos a la oreja, en donde también hay que ver la conformación de las mismas, de tal forma que no estén caídas.
En este punto hay que tener en cuenta que algunas razas como las Gyr tienen las orejas caídas, pero las otras no. Este procedimiento o estímulo se debe hacer en las dos orejas.
El quinto nervio a evaluar es el trigemino que se puede evaluar con la estimulación del labio inferior con un leve pellizco, para obtener una inconformación del animal y demostrando que está funcionando a la perfección.
El sexto nervio es el facial que es de fácil observación porque si llega a presentar una deformación asimétrica unilateral que puede incluir un descenso del pabellón auricular, del párpado, lo que genera un resecamiento de ojo debido a la ausencia o disminución del parpadeo. (Lea: Así funciona el cerebro de una vaca)
El séptimo aspecto a evaluar es la parte sensitiva está el sentido del gusto, que se puede evaluar con una prueba sencilla con un esfero haciendo pequeños pinchazos, que no va a generar ningún dolor en el animal, y de esta manera se puede observar un estímulo por parte de este.
El octavo nervio es el vestibulococlear, en el que se debe evaluar el bovino en movimiento, observando si presenta taxia o no en el movimiento, así como el posicionamiento normal u anormal en su cabeza.
El noveno nervio es el glosofaríngeo, con el cual se hace la evaluación por medio de la estimulación en la zona faríngea o en la porción dorsal de la lengua, en la cual se hará un proceso de retracción lingual y posteriormente una deglución.
El décimo paso de este proceso es la evaluación del nervio vago en la cual se ve un cuadro clásico de una digestión vagal en el bovino por medio de una enervación compuesta por la farinje, laringe, esófago y la porción toráxica de las viserras y absominales.
La prueba de este nervio se hace por medio de una auscultación en la en fosa paralumbar izquierda del animal, en la que se tienen que escuchar dos ciclos, que es lo normal. Este proceso se lleva a cabo en tres minutos. Para el caso de la porción derecha del bovino, se debe escuchar los movimientos peristalticos.
El paso onceavo es el nervio espinal o craneal accesorio en el cual se evalúa la posición cervical del animal, analizando el trapecio y otros músculos, por lo que alguna lesión de estos, generará que el vacuno tenga una posición incorrecta.
Finalmente, el doceavo nervio es el hipogloso que tiene dos enervaciones, la motora en la que se ve que el bovino saca la lengua hacia un lado, observando que es ese lado en el cual se encuentra afectado el nervio. La segunda parte es la sensorial que se evalúa en el nervio facial.
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