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Foto: defrentealcampo.com.ar

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Equilibrio nutricional, clave para la detección oportuna del celo

Por - 31 de Enero 2022

El equilibrio nutricional es determinante para que haya una periodicidad en el celo de las vacas, que aparezca tres semanas después del parto y además que sea lo suficientemente fuerte para ser visible a los ganaderos.


El equilibrio nutricional es determinante para que haya una periodicidad en el celo de las vacas, que aparezca tres semanas después del parto y además que sea lo suficientemente fuerte para ser visible a los ganaderos.

Así lo planteó la zootecnista Nubia Rocío López, en el programa La Finca de Hoy, donde indicó que esto es particularmente válido para aquellas fincas donde se practica la inseminación artificial.

Señaló la profesional que son diversos los factores que influyen para que haya esa presentación de celos que sean cíclicos y no se puede atribuir únicamente a vitaminas y minerales que son fundamentales sino que también está el tema energético. (Lea: ¿Cuál de estos métodos utiliza para detectar el celo en su ganadería?)

En vacas de leche este tema es definitivo y es el balance de energía que debe tener y que los animales lo encuentran en su dieta, en el forraje.

En cuanto a la falta de minerales se refiere, una vaca que debido a su dieta tenga bajos niveles de fósforo en su organismo tendrá deficiencias en sus mecanismos energéticos lo que conllevará a que no manifieste el celo en el tiempo que corresponde.

Se calcula que para una vaca de 600 kilos aproximadamente, la ingesta diaria de fósforo en su alimentación sea de 17 gramos.

Si se pretende maximizar la explotación se deben reducir los días abiertos y que una vez la vaca pare empiece a presentar unos celos que aunque no se vayan a utilizar para inseminar, empiece a trabajar físicamente su sistema reproductivo.

Un desbalance nutricional puede inferir en las rutas metabólicas y hormonales de las hembras bovinas. Internamente los ovarios del animal no trabajarán correctamente y además no producirá las hormonas necesarias para su entrada en calor, manifestó López. (Lea: Fallas y aciertos de los ganaderos a la hora de detectar los celos bovinos)

En el caso de una novilla, por ejemplo, aquellas que tengan un bajo aporte de manganeso en su dieta pueden demorarse en tener su primer celo.

Las deficiencias en el tema nutricional también tienen que ver con la ausencia de proteínas y grasa.

La ración que se le proporciona al animal debe tener un balance nutricional. En cuanto a minerales es definitivo el manganeso, el selenio, el cobre y el zinc porque todo contribuye a ese conjunto de elementos que necesita la vaca para su alimentación.

Cuando hay carencia de cualquiera de estos componentes se presenta un desequilibrio en la dieta, por eso además de realizar un análisis bromatológico a las praderas para conocer lo que aportan en la alimentación, también es importante que a modo de suplementación se incluya el suministro de vitaminas específicas, no solo para la aparición normal del celo sino para que sea notorio.

En cuanto a las vitaminas, es importante suministrar A, E, carotenos y beta carotenos que son importantes para la intensidad de los celos. (Lea: Estrategias de detección de celo para ganado lechero)

Una finca lechera depende de que una vaca tenga un ternero para que ella comience su etapa de lactancia y así obtener el producto. Una ganadería de propósito cárnico depende de que en el hato haya una cría al año y así poder cebar más animales para comercializar.

La deficiencia de minerales puede ocasionar bajos porcentajes de preñez y un aumento en los niveles de abortos.

Cuando no se presenta el celo en el tiempo esperado u ocurre lo que se conoce como estros silenciosos las hembras pueden estar consumiendo en su alimentación diaria un contenido menor de 3 miligramos de cobre por kilogramo de materia seca. 

Una vaca que después de dar a luz tenga una condición corporal de 2,7 en adelante, que haya tenido una dieta balanceada y una suplementación con las vitaminas y minerales necesarios, presentará su celo correctamente a los 21 días luego del parto y tendrá la duración adecuada que es entre 6 y 18 horas, concluyó.

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