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¿Por qué hay que diferenciar entre dar un suplemento proteico o uno energético?

Por - 15 de Julio 2021

Conocer la diferencia entre los productos proteicos y energéticos para el ganado es clave para desarrollar un programa de suplementación eficaz. No obstante, esto puede resultar confuso debido a la multitud de opciones disponibles y los requerimientos nutricionales de los animales.


Conocer la diferencia entre los productos proteicos y energéticos para el ganado es clave para desarrollar un programa de suplementación eficaz. No obstante, esto puede resultar confuso debido a la multitud de opciones disponibles y los requerimientos nutricionales de los animales.

Así lo manifestó Adele Harty, especialista de campo de vacas y crías de la Extensión de la Universidad Estatal de Dakota del Sur, señalando que si bien todos los alimentos contienen energía y proteínas, su diferencia está en la cantidad de cada nutriente.

El mayor desafío es determinar si se necesita un suplemento proteico o energético. Para saberlo con certeza, se deben tomar muestras de los alimentos y hacer un análisis de nutrientes en laboratorio. (Lea: ¿Qué debe contener un suplemento proteico y una sal proteinada?)

Una vez que se identifican las deficiencias, se pueden evaluar los alimentos suplementarios para determinar cuál cumplirá con los requisitos de nutrientes de los animales con pocas o ninguna modificación o adición como equipo de almacenamiento, al precio más económico.

Como línea general, los microbios del rumen requieren una dieta que contenga un mínimo de 7 % de proteína cruda. Estos utilizan el nitrógeno de la proteína para crecer, multiplicarse y digerir los componentes de fibra del forraje.

Sin embargo, este nivel de proteína no tiene en cuenta los requisitos de la propia vaca, de modo que los suplementos son necesarios para mejorar la digestibilidad del forraje por parte de los microbios del rumen cuando las vacas son alimentadas con forraje de baja calidad.

Un suplemento proteico puede ser cualquier alimento que aumente el contenido proteico de la dieta basal. Algunos ejemplos de suplementos proteicos incluyen piensos derivados como cereales de destilería y pienso con gluten de maíz.

Otras fuentes de proteínas comunes son el heno de alfalfa, la harina de soya, la melaza, los bloques de proteínas y los suplementos de proteínas líquidas. Los niveles de proteína en estos alimentos pueden variar desde un poco menos del 20 % hasta 48 %.

Por su parte, los suplementos energéticos se caracterizan por un bajo contenido en proteínas, inferior al 20 %. Generalmente son granos con alto contenido de almidón, como maíz, cebada y avena. (Lea: ¿Por qué es necesario un balance energía/proteína en los bovinos?)

Al proporcionar estos suplementos con una dieta de forrajes de baja calidad, el almidón interfiere con la digestión del forraje en el rumen al cambiar su pH y hacerlo un ambiente más favorable para aquellos microbios que son más eficientes en la digestión del almidón.

Esta disminución del pH del rumen da como resultado una disminución del número de microbios para la digestión del forraje. Afortunadamente, existen otros suplementos energéticos disponibles que disminuyen el potencial de estos efectos asociados negativos.

Se caracterizan por ser una fuente de energía con alto contenido de fibra, muchas de las cuales son subproductos como la cáscara de soya, harinillas de trigo y pulpa de remolacha. Estos suplementos ricos en fibra proporcionan energía adicional sin cambiar el entorno del rumen.

La importancia de conocer las diferencias

Para enfatizar la importancia de identificar y conocer la diferencia entre los dos tipos de suplementos, uno debe entender que si se usa el tipo incorrecto de suplemento, la eficiencia disminuye y existe la posibilidad de impactos negativos.

Por ejemplo, cuando el ganado consume forraje pobre en proteína, su estiércol parece seco y se ven anillos. Este es un indicador de que tienen escasez de proteínas y no utilizan el alimento tan bien como deberían. Además, con el tiempo, su condición corporal disminuye.

En esta situación, si se utiliza un suplemento energético en lugar de uno proteico y los niveles de inclusión son superiores al 10 % de la materia seca de la dieta, puede producirse un efecto negativo, reduciendo la digestibilidad del forraje y el valor nutritivo general de la ración.

En cambio, si usa un suplemento proteico, aumenta la eficiencia de los microbios del rumen y la eficiencia en la digestión y utilización del forraje, con lo que se mejora el rendimiento general. (Lea: Sales mineralizadas proteinadas, opción para reses en trópico bajo y alto)

De otra parte, Ellen Crawford en el portal Drovers explicó que los suplementos proteicos no necesitan administrarse a diario, sino cada tres días o incluso con poca frecuencia como una vez cada seis días, e igual permiten un rendimiento similar.

En cambio, los alimentos energéticos sí deben suministrarse a diario para evitar un consumo excesivo de energía y mantener las condiciones óptimas en el rumen del bovino. (Lea: Suplementación energética permite duplicar la producción de embriones)

Por eso, usted debe asegurar de utilizar el tipo de suplemento adecuado para superar las deficiencias. Esto no solo lo debe hacer teniendo en cuenta las especificaciones de cada producto, sino también teniendo en cuenta cuál es la opción más económica para su empresa.