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Foto: Laboratorio 9 de Julio - iSanidad

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Científicos logran avance en la lucha contra la queratoconjuntivitis infecciosa bovina

Por - 13 de Diciembre 2022

Investigadores en EE. UU. están más cerca de comprender y desarrollar medidas preventivas para la bacteria que causa la enfermedad de los ojos en el ganado. El avance se produjo al descubrir dos genotipos diferentes de la bacteria Moraxella bovis, que causa la queratoconjuntivitis infecciosa bovina (QIB).


Investigadores en EE. UU. están más cerca de comprender y desarrollar medidas preventivas para la bacteria que causa la enfermedad de los ojos en el ganado. El avance se produjo al descubrir dos genotipos diferentes de la bacteria Moraxella bovis, que causa la queratoconjuntivitis infecciosa bovina (QIB).

Un estudio realizado por investigadores del Servicio de Investigación Agrícola (ARS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y Universidad de Nebraska-Lincoln (UNL) encontraron que hay dos variantes o genotipos de M. bovis, la bacteria que causa la QIB.

La QIB puede causar enrojecimiento, picazón, dolor y malestar en los ojos de los animales afectados. Los casos severos pueden provocar ceguera y afectar el peso en los terneros, por lo que son una preocupación para el bienestar animal y para la industria de la carne.

Los científicos secuenciaron y compararon los genomas de una colección de variantes de M. bovis y descubrieron que consisten en dos genotipos principales. Del mismo modo, identificaron diferencias de ADN entre los genotipos y encontraron sustancias que potencialmente pueden usarse para controlar la enfermedad.

Emily Wynn, microbióloga investigadora del ARS, aseguró que encontraron grandes diferencias en los factores de virulencia entre los dos genotipos para el portal Michigan Farm News.

«Por ejemplo, M. bovis tiene una toxina llamada toxina hemolisina, que utiliza para penetrar en el ojo. Encontramos que los dos genotipos tienen diferentes versiones de la toxina. Esta diferencia y otras podría indicar que existen variaciones en su capacidad para causar enfermedades», anotó.

Además, los científicos identificaron proteínas ubicadas en la membrana externa de la célula bacteriana. (Lea: 5 tácticas para prevenir la queratoconjuntivitis infecciosa bovina)

«La ubicación específica de estas proteínas las pone a disposición del sistema inmunitario del huésped porque están ubicadas en la membrana externa. Las proteínas que son exclusivas de uno o ambos genotipos pueden usarse como objetivo para desarrollar acciones preventivas específicas contra cualquiera de los genotipos», agregó.

Esto es importante porque durante años los científicos han estado observando de cerca otra sustancia en esta bacteria para desarrollar intervenciones contra la enfermedad, llamadas proteínas pilina. Las pilinas facilitan la unión de M. bovis al ojo.

Sin embargo, usar pilinas para desarrollar intervenciones podría ser engañoso, según investigadores del ARS que notaron que el gen de la pilina de M. bovis puede voltearse y reorganizarse, recodificándose para evitar el reconocimiento por parte del sistema inmunológico del ganado.

«Esto hace que sea un desafío usar como objetivo el gen de la pilina y enfatiza por qué las proteínas de la membrana externa identificadas en este estudio son un descubrimiento importante», señaló Mike Clawson, biólogo molecular investigador del ARS en el Centro de Investigación de Carne Animal de EE. UU.

El equipo secuenció cepas de M. bovis aisladas de ganado de diecisiete estados de EE. UU. y una provincia canadiense que fueron reunidas por Dustin Loy, profesor de la UNL y microbiólogo de diagnóstico veterinario. (Lea: ¿Cuáles son las causas de la ceguera en bovinos?)

«El primer genoma terminado de M. bovis fue producido por esta colaboración en una cepa experimental en 2018. Desde entonces, no habíamos visto mucho progreso en la secuenciación integral de esta bacteria hasta hoy con este estudio entre ARS y UNL», dijo Loy.

Loy ha dedicado años de investigación para comprender esta enfermedad infecciosa, recolectando muestras directamente de los veterinarios que trabajan con ganado, para probar e identificar las variabilidades entre las cepas. (Lea: No pierda de vista los ojos de sus bovinos)

«Esta enfermedad a menudo se pasa por alto. Aun así, es la enfermedad reportada con mayor frecuencia en vacas reproductoras de carne y la segunda en terneros. Nuestro trabajo reconoce el impacto económico que esto genera en los productores de carne», agregó Loy.

El estudio reciente fue publicado en BMC Microbiology (en inglés).