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Métodos no letales y letales para controlar depredadores (1ra parte)

Por - 01 de Julio 2020

La depredación en sistemas ganaderos es un proceso complejo donde intervienen numerosos factores ambientales y socioculturales (no solo los semovientes y los depredadores). Frente a esta complejidad, es necesario abordar los conflictos entre ganadería y carnívoros de forma integral.


La depredación en sistemas ganaderos es un proceso complejo donde intervienen numerosos factores ambientales y socioculturales (no solo los semovientes y los depredadores). Frente a esta complejidad, es necesario abordar los conflictos entre ganadería y carnívoros de forma integral.  

Así lo propone el texto Manejo integrado de depredadores en sistemas ganaderos en Patagonia elaborado por el INTA de Argentina, que propone algunos métodos no letales o letales para mitigar el impacto de los depredadores en la finca.

Métodos no letales

Son los más privilegiados en cualquier tipo de manejo, pues no solo pretenden evitar la eliminación de los animales invasores sino lograr un equilibrio con el ambiente y una estabilidad productiva. (Lea: ¿Cómo debe juntar al ganado y mover una gran manada?)

El primero es el manejo del ganado, que consiste en asegurar un buen servicio, gestación saludable y una buena condición sanitaria y nutricional de los animales. Esto requiere de una buena infraestructura para favorecer los distintos momentos claves del ciclo productivo.

Con esto se busca una buena condición sanitaria de los animales y una correcta alimentación de las madres para que a su vez brinden los nutrientes necesarios a sus crías. Con estos parámetros y otras herramientas se busca disminuir pérdidas en el hato que puedan atraer carnívoros.

El segundo método son las estrategias evasivas, con las cuales se busca quitar a los depredadores el alimento más accesible o frágil, como las crías o los animales pequeños. (Lea: ¿Qué medidas debe incluir un plan para controlar los depredadores de la zona?)

Estas pueden ir desde encerrar áreas de pastoreo o elevar la vigilancia en potreros, reduciendo su extensión al menor tamaño posible o acercándolas a la vivienda del ganadero. Se privilegian las cercas eléctricas, por su mayor facilidad de manipulación y menor costo.

También se puede apelar a las estrategias disuasivas para alterar el comportamiento del depredador, esencialmente con estímulos perturbadores que buscan provocar susto o reacciones de sobresalto en los depredadores para alejarlos de la finca.

El problema es que con el tiempo, estos métodos pueden llegar a perder su efectividad, porque a medida que los animales se acostumbran a ellos, empiezan a ignorarlos. (Lea: Ganadero convenció a expertos de que sí es posible regenerar con ganadería)

Entre estos están el ruido, pues algunos sonidos suscitan este malestar o miedo. Para ello se emplean radios, dispositivos de ultrasonido o cualquier otro equipo a alto volumen que pueden evitar que los depredadores interactúen con el ganado en un lapso determinado.

También se pueden usar luces intermitentes o ahuyentadores eléctricos, que se activan al azar lanzando destellos que molestan a los carnívoros, sobre todo en las noches. El problema es que tanto luces como sonidos pueden ser molestos también para los trabajadores y personas en general.

Para que no se disparen con cualquier movimiento, se han creado protectores activados por radio (RAG), que funcionan cuando un animal que lleva un sensor se aproxima. Sin embargo, esto requiere colocar los dispositivos en el depredador, lo que resulta muy complicado.

También existen otras tecnologías, como sensores infrarrojos pasivos que se activan cuando detectan el movimiento de animales intrusos, o los radares. El INTA advierte que los dispositivos electrónicos requieren de más estudios para ser aplicados.

Otra alternativa es el uso de perros protectores de ganado, que no son letales porque funcionan como elementos de disuasión evitando que los depredadores entren en contacto con el ganado. Para esto es importante elegir bien la raza y realizar un buen entrenamiento al canino escogido.

El documento recuerda que el perro por sí solo no garantiza la erradicación del conflicto con la depredación, por lo que hay que acompañarlo con otros métodos de manejo que no lo perjudiquen, así como brindarle “confianza y seguridad para que sea un gran aliado en el campo”.

Recuerde consultar siempre con ayuda de un profesional particular, con el ICA o la CAR de su zona para un manejo más detallado de los carnívoros. En la segunda parte, revisaremos los métodos letales, que deben emplearse siempre como el último recurso.

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