ganado texas longhorn
Foto: animals.howstuffworks.com

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Así fue como se salvó la raza bovina longhorn de su extinción

Por CONtexto ganadero - 31 de Octubre 2022

Esta es la historia de cómo la raza Texas longhorn, una de las razas bovinas criollas de Estados Unidos, logró sobrevivir a su extinción hace 100 años. Luego de prosperar durante buena parte del siglo XIX, en la década de 1920 se cruzó con otro tipo de ganado, lo que casi la lleva a su desaparición.


Conocido por sus cuernos únicos que pueden abarcar hasta 3 metros, el ganado Texas longhorn (cuernos largos) tiene su origen en el ganado traído desde España a México durante la época de la Conquista en el siglo XVI y que luego fue moviéndose hacia el norte en Estados Unidos.

Procede de razas españolas como la canaria, la retinta o la blanca cacereña y fue introducida en Texas en 1820, terminando por asociarse con el estado desde siempre. Un siglo más tarde, en 1917, el toro “Bevo” de esta raza se convirtió en la mascota oficial de la Universidad de Texas.

Sin embargo, fue hacia época que se acentuó su declive, pues debido a prácticas negligentes de cruzamiento, como señala Tasting Table, el ganado Texas longhorn que una vez fue tan apreciado casi desaparece. (Lea: La raza bovina salvaje que es más rara que los osos panda)

Para la década de 1920, todo el ganado de cuernos largos, salvo unos cuantos ejemplares, se había cruzado con otras razas como hereford y durham de cuernos cortos con el propósito crear el animal de carne ideal, poniendo al Texas longhorn en el camino hacia la extinción.

La historia del Texas longhorn, su declive y su recuperación

Esta raza era apreciada por su resiliencia, adaptabilidad y capacidad para aumentar de peso mientras pastaba en las praderas. Los rancheros de Texas decidieron conservarla, y aunque solo se llamaba longhorn, se agregó Texas para diferenciarla de la raza homónima de las islas británicas.

Asociado durante mucho tiempo con el vaquero estadounidense y la ganadería al aire libre, la introducción de cercas con alambre de púas a fines del siglo XIX y los cruces con ganado más gordo y de mayor grasa intramuscular provocaron el comienzo de una caída en la popularidad de la raza.

Afortunadamente, en 1927 el gobierno de EE. UU. tomó medidas para preservar la especie como un componente vivo de la herencia estadounidense según la Asociación Americana de Criadores de Texas Longhorn. (Informe: Los orígenes y cualidades de los bovinos criollos en América)

El Congreso asignó a los guardabosques del servicio forestal, Will C. Barnes y John H. Hatton, a la tarea, quienes reunieron la primera manada para el Refugio de Vida Silvestre de las Montañas Wichita en Oklahoma. Gradualmente, más criadores comenzaron a criar ganado.

A partir de ahí creció la necesidad de establecer estándares de raza y una línea directa de comunicación entre los criadores de longhorn, lo que llevó a estos ganaderos a crear la asociación. (Crónica: La historia de cómo el bisonte sobrevivió a su casi extinción gracias a la ganadería)

Desde entonces, los ganaderos han redescubierto la fertilidad, la resistencia a las enfermedades, la longevidad, la capacidad de parto y las necesidades mínimas de alimentación de la raza, creando un resurgimiento en su popularidad que llevó su número de apenas 1500 o menos a más de 330 000 bovinos cuernos largos.

Hoy en día, el ganado de cuernos largos se celebra en todo el mundo por su carne magra y sabrosa, que contiene menos colesterol que el pollo y menos grasas saturadas que otras razas. Hoy en día se considera parte del patrimonio cultural de Texas. Además de usarse para producción de carne o para conservar la raza, ocasionalmente se usa como animal para concursos de rodeo.