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Foto: INTA.

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ABC para minimizar el impacto del estrés calórico

Por - 13 de Marzo 2017


Las altas temperaturas que se sienten en algunas zonas del país vienen afectando seriamente la producción lechera o cárnica del ganado. Implemente estas medidas en su predio y garantice el bienestar de sus semovientes.   Colombia no es ajeno al cambio climático que sufre el planeta. El fenómeno de El Niño que vivió el país durante 2016 afectó seriamente la producción pecuaria ante la ausencia de agua, forrajes y las prolongadas jornadas de sol. Dichos factores deterioraron la salud de los especies, muchos de ellos murieron por inanición y los indicadores de los hatos se redujeron. (Blog: Estrés calórico en bovinos)   Los ganaderos se han visto obligados a buscar alternativas para mitigar el efecto del calentamiento global en aras de proteger su inversión y llevar su actividad a que sea amigable con el medio ambiente. A esa necesidad se le suma la de preservar el bienestar animal y el confort de las especies para que el número de litros de leche o ganancias diarias de peso no se vean afectadas.   En ese trasegar los productores se han encontrado dificultades a las que se deben adaptar y buscar solución. Una de ellas es el estrés calórico ocasionado por las altas temperaturas, término que hace referencia a un periodo en el que los bovinos presentan malestar al esforzar el cuerpo para mantener una temperatura interna promedio.   Efectos del estrés calórico   Jorge Cruz, PhD en nutrición de ganado lechero y técnico de rumiantes en Alltech, sostiene en su blog que la temperatura del ambiente y los niveles de humedad pueden producir estrés a su ganado, fenómeno que afecta desempeño y la salud.   Aún un estrés calórico leve puede tener efectos significativos en el corto plazo sobre la productividad. También puede haber un impacto sobre la salud y la fertilidad en general.   En las vacas de mayor productividad es donde más se nota dicha situación, ya que generan más calor mientras digieren el alimento adicional necesario para mantener el volumen diario de litros de leche. (Lea: Medidas para aliviar problemas de fertilidad por estrés calórico)   Las vacas también se ven más afectadas durante ciertos períodos críticos. Apenas un 10 % de las inseminaciones en ganado bajo estrés calórico producen preñeces y las hembras que están bajo esas condiciones climáticas al inicio de la lactancia acusan una fertilidad disminuida 2-3 meses después debido al daño en el desarrollo folicular.   “Los 2 puntos claves en el ciclo de la vaca alrededor del parto son “pre-fresco” y “fresco”, es ahí cuando el impacto del estrés calórico es más perjudicial. Ese factor durante finales de la preñez puede reducir el peso al nacer y la calidad del calostro. Por eso se deben utilizar programas de manejo y nutrición en forma conjunta para abordar un consumo deficiente y patrones de alimentación inconsistentes que pueden dar lugar a acidosis ruminal”, argumentó.   Estrategias de manejo   El Centro Nacional de Agroforestería que hace parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, USDA (por sus siglas en inglés), asegura que la sombra y el agua para el ganado son cruciales en esa etapa, por esa razón las alternativas de manejo las deben incluir.   También se requiere proveer sombra, mejorar sistemas de ventilación en edificaciones, brindar forraje de calidad y tener alimentos, minerales y líquido vital al alcance de los animales. El sombrío puede ser con árboles, construcciones o estructuras portables, pero el ganado prefiere generalmente sombra natural. (Lea: Los efectos del estrés calórico en la fertilidad de vacas y toros)   Las especies arbóreas en los predios usualmente tienen ventaja sobre las instalaciones que adapte el productor porque ofrecen un efecto de enfriamiento por evapotranspiración, mejor ventilación y menos reflejo de radiación solar.   “Un aumento en temperatura de 21° C a 32° C ocasiona un incremento en la ingesta de agua de un 38 % en ganado de carne. Para mitigar este efecto se pueden establecer árboles en bloque o dispersos en los cercados y mantener continuamente suplementos minerales y sales”, detalla la entidad.   Opciones para proveer sombra   Miguel Tavera, profesional del INTA en Argentina, explicó que en las investigaciones que vienen adelantando demuestran que las pérdidas a causa del estrés calórico son muy importantes, pues se estiman en alrededor de USD32 millones al año solo en materia lechera.   “Si se le agregan aspectos reproductivos y sanitarios, esas reducciones asociadas al calor por lo menos se duplicarían. En ese sentido hemos trabajado en el tema de sombras artificiales, refrigeración del animal previo al ordeño, el uso de ventilación y aspersión”, recomendó. (Lea: Con tecnología se podría reducir el estrés térmico en bovinos)   1. Sombra natural   La Federación Colombiana de Ganaderos, Fedegán, viene apoyando el desarrollo del proyecto Ganadería Colombiana Sostenible desde el que se implementan los sistemas silvopastoriles o ganadería de sombra, contando a la fecha con más de 2.500 fincas afiliadas y beneficiadas.   De acuerdo con Andrés Zuluaga, coordinador del proyecto, este sistema integra los árboles en la producción bovina, ayudando además a la conservación de los bosques en las diferentes fincas ganaderas.    “Gracias a los árboles en los predios, los animales además de recibir sombra en las épocas de verano, tienen una mejor dieta y, por ende, el ganadero tiene la posibilidad de sacar animales más jóvenes en la edad de sacrificio”, añadió Zuluaga.   2. Climatización natural o artificial de los corrales   El Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de España asegura que la ventilación natural o estática se basa en las leyes naturales (diferencia de temperaturas, corrientes de convección, velocidad y dirección del viento, utilizando entradas y salidas de aire en las pareces y en el techo). (Lea: El estrés calórico y el impacto que tiene en vacas repetidoras)   La segunda permite ajustar las condiciones interiores con independencia de las climáticas. Se realiza utilizando ventiladores de baja presión del tipo helicoidal y calefacción de apoyo en invierno. Permite realizar una regulación completamente automática, pero requiere mayores inversiones, que deben amortizarse con las mejoras en la producción ganadera.   3. Estructuras portables o fijas   Las primeras se construyen con tubería que sea inoxidable y un textil que provee un 80 % de sombra. Su función no consiste en bloquear los rayos que se reflejan del sol, por lo que se pueden usar materiales como silo bolsa, sombra tipo flecos, sombra tipo esterillas, techo de caña y techo de chapa.   Las segundas pueden ser los mismos establos, diseñados con ventilación natural, en donde la estructura proteja a las especies de las altas temperaturas.   4. Nutrición   Cruz les recomienda a los ganaderos incrementar la proporción de concentrado sobre forraje dentro de una dieta balanceada. A eso se le suma un aumento de la densidad energética de la ración utilizando grasas de sobrepaso y una dosis adicional de minerales, ya que en muchas ocasiones los semovientes van a consumir menos materia seca pero sus requerimientos son más altos, por eso se deben dar complementos de forma constante. (Lea: Vacas acaloradas permanecen de pie y pueden sufrir estrés calórico)   5. Refrescar a los animales con agua   En Argentina, el Grupo Chivassa implementó dicha estrategia con éxito. Consistía en refrescar las vacas en el corral de espera 6 veces al día durante, durante un lapso de 45 minutos. 3 de esas sesiones de enfriamiento tenían lugar antes de cada uno de los 3 ordeños diarios.   Además, las vacas eran llevadas a la sala de espera 3 veces más el único propósito de ser refrescadas. Ese método fue el único que garantizó un efecto positivo sobre los indicadores productivos y reproductivos, ya que fue así posible mantener la temperatura corporal de las vacas por debajo de los 39º C las 24 horas del día.