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Foto: CONtexto ganadero.

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“No me pueden condenar por ser amigo de Uribe o Lafaurie”: E. Borrero

Por - 10 de Marzo 2016


El pasado 24 de febrero, y luego de 15 años exitosos de gestión, el Gobierno Nacional decidió destituir a Elías Borrero de la Presidencia Ejecutiva de la Empresa Colombiana de Productos Veterinarios SA, Vecol. CONtexto ganadero habló con él en exclusiva sobre lo que fue su intempestiva salida.   Con la calma que dan los años y la sabiduría de más de 40 años de trabajo ligado al sector agropecuario, Borrero nos contó cómo se dio su salida, los resultados que obtuvo al frente del laboratorio, su visión del ministro del Agricultura, entre muchos temas.   Reiteró que no se le puede condenar por ser admirador del expresidente Álvaro Uribe Vélez ni por ser amigo de José Félix Lafaurie Rivera, presidente ejecutivo de Fedegán. Le pidió a Iragorri Valencia que se ponga la camiseta de la empresa y que pase de la habladera a la concreción de hechos. (Lea: Tras 15 años de labor exitosa, Gobierno despide a Elías Borrero de Vecol)   CONtexto ganadero (CG): ¿Cuéntenos un poco de sus inicios en el sector?   Elías Borrero (EB): Yo llevo 40 años vinculado al sector agropecuario; toda mi vida he estado inmerso en esto. Yo comencé a estudiar medicina veterinaria, pero me gradué en administración de empresas. Luego hice un curso de especialista en mercadeo agropecuario, de alta gerencia, liderazgo y muchos otros más.   Tiempo después llegué a trabajar en la gerencia del Fondo Ganadero del Huila en donde duré 11 años. Decidí entonces venirme a Bogotá, porque la situación de orden público comenzaba a ponerse difíci: secuestran a un tío, mi suegro, mis hermanos.   La gente de los 23 Fondos ganaderos que había en esa época se entera de mi decisión y me ofrecen la Presidencia de la Federación y así empieza mi gestión, ya en la capital.    CG: ¿En qué situación se encontraba en ese momento?   EB: Los fondos debían en esa época más de $5.000 millones, pero eran deudas de misión primaria. Estaba Rudolf Hommes de ministro de Hacienda, a quien le sugerí capitalizar esa obligación por el valor intrínseco, lo que resultaba una muy buena inversión.   Al entonces ministro le sonó la idea y tramitamos ese proyecto de Ley en 1987 en el Congreso y los fondos emitieron títulos a valor intrínseco y entregaron acciones a nombre del Ministerio de Agricultura, con lo que se quitaron ese pasivo y lograron capitalizarse. Esa es la razón por la que el Ministerio es todavía accionista de esos Fondos que quedan.   Duré 14 años al frente de la Federación de Fondos Ganaderos, hasta el año 2000.   CG: Usted fue inclusive víctima de un atentado, ¿cómo recuerda ese episodio?   EB: A mí no me pudieron secuestrar. Yo llegué a Bogotá y fui siempre un aliado de Fedegán, en su momento dirigido por Jorge Visbal Martelo. Hacía pronunciamientos ante los medios de toda índole, defendiendo la labor de los ganaderos del país. Condenaba vehemente también el accionar de las Farc, los atentados, los secuestros, extorsiones, asesinatos y mostraba hechos concretos de la vagabundería de esa gente.   En 1999 fui víctima de un atentado, del que milagrosamente salí vivo, aunque 8 personas perdieron la vida. Fue sobre las 10 de la mañana, yo iba en mi camioneta y un árbol evitó que sufriera mayores impactos.   Me llevan a la clínica Reina Sofía y allí no duré mucho. Mi preocupación era que mi esposa no se fuera a enterar porque estaba ella saliendo de otra intervención, por lo que hasta el televisor se le quitó del cuarto con la excusa de cambiárselo por uno más grande. Yo botaba mucha sangre, me dolía mucho la cabeza y perdí el 50 % de la audición, pero no pasó nada más.   CG: ¿Y cómo termina usted llegando a Vecol?   EB: Yo pertenecía a la junta directiva, estuve por el Gobierno, por los ganaderos, por quienes estaba en ese momento. Luego del atentado, me recupero y por esa época renunció el gerente general Juan Esteban Restrepo Santamaría. Sonaron varios empresarios reconocidos de gran talla y yo hacía parte de ese depósito de confianza.   Un miembro de la junta directiva, Camilo Arciniegas, que por esa época presidia la junta de Fedegán, me propuso irme a Vecol. A mí me cogieron de sorpresa, pero la idea la respaldaron Visbal y los otros miembros de junta. Yo les dije que lo iba a pensar y que la única condición era tener el apoyo del Gobierno. (Lea: MinAgricultura condecora a Vecol por sus 60 años)   En ese momento, Rodrigo Villalba era el ministro de Agricultura de Andrés Pastrana, quien me conocía y sabía quién era yo y lo que venía de hacer. Comenzaron intrigas, surgieron otros candidatos. Finalmente, el presidente apoyó el nombramiento.   Yo puse como condición que la empresa dejara de ser la caja menor del Ministerio de Agricultura y que se manejara con criterio de una empresa privada.   CG: ¿Cómo encontró la situación de la empresa?   EB: La empresa no tenía credibilidad alguna en el sector bancario, venía de una serie de pérdidas, una ventas malas, tenía una fuerza comercial desmotivada, laboratorios obsoletos, todo eso fue lo que llevó al entonces gerente a renunciar. Las deudas sumaban cerca de $3.000 millones en el año 2000.   Sabía que tenía que hacer un trabajo pedagógico, que iba a ser desgastante, pero conocía la organización, a su junta y sabía que podíamos salir adelante. Yo me la tenía que jugar, a pesar de que la empresa estaba mal y me sugerían liquidarla, pero yo no quería hacer ese papel, no estaba acorde con mi trayectoria profesional.   Siempre supe que se podía sacar adelante pero con compromiso, con pertenencia y mi ventaja era conocer el gremio. Había estado en todas las juntas directivas, era el ‘sardino’ de todas ellas, y empecé a hablar con cada una de las 280 personas que hacían parte de Vecol en ese momento. Hasta con el sindicato hablé y a cada uno le dije que entre todos teníamos que sacar la empresa adelante.   CG: ¿Encontró de pronto algún tipo de prevención por el tema político?   EB: A todos les dije que yo era de filiación liberal, por mi familia, pero yo no soy político, soy es empresario del campo, del sector y no iba a hacer política sino a  trabajar con el que lo quisiera hacer y lo demostré con hechos.   CG: ¿Y si respetó el Gobierno su petición de no entrometerse ni usar la compañía como caja menor?   EB: Totalmente, el Gobierno empezó a hacer manifestaciones de total autonomía y apoyo. Había un memorando en el que se afirmaba que la empresa no era viable, yo encontré una situación era grave y mi reto era grande.   CG: ¿Cómo hizo entonces usted con ese panorama tan adverso?   EB: Las cosas de Dios. Teníamos un producto bandera que era la vacuna contra la fiebre aftosa, de cuyas ventas dependía el 80 % de la organización, y le dije al gerente comercial que en función de eso había que trabajar.   Expandimos la visión y salimos del país. El producto era de excelente calidad. Nos fuimos a la OIE, a la Cosalfa, a Brasil, a Venezuela que en ese entonces andaba bien, a Perú, Ecuador, entre otros.   En ese entonces Fedegán nos compraba una buena parte de las vacunas, que luego con el perfeccionamiento de la campaña aumentaría, una vez se declaró objetivo nacional la erradicación de la enfermedad con la Ley 395 de 1997.   Asimismo, se presentó un brote de aftosa en Uruguay, luego de 10 años sin presencia de la enfermedad. El principal renglón económico de ese país es la exportación de carne y derivados lácteos, por lo que el caos fue grande. Fueron declarados aftosos y empezaron a buscar vacuna, con tan buena suerte, que el único laboratorio que las tenía con pruebas de potencia era el nuestro. Vendimos 11 millones de dosis a buen precio.  Eso mejoró la caja y empezaron a verse resultados gracias a nuestra vacuna, lo que permitió su posicionamiento a nivel suramericano.   CG: ¿Fue esa la puerta de entrada al resto del mercado del continente?   EB: Claro, por la calidad de la vacuna nos llamaron de Perú, Venezuela, Ecuador. Eso no fue de un día para otro, eso fue todo un proceso. Fue trabajo muy meritorio. No mío, sino de Vecol, de todo un equipo de gente.   El ministro (Aurelio Iragorri) nos cuestiona por no vender la vacuna en Centroamérica, pero desconoce que allá no hay aftosa. Eso es un brote, no se puede vender la vacuna en países que no son endémicos.   Llegaron otros biológicos. En este momento Vecol tiene 12 contra rabia, brucelosis, entre otros. También están los farmacéuticos, antibióticos, reconstituyentes, en total 40.   CG: ¿En ese momento el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, les hace nuevas exigencias?   EB: Así es. En 2005 llega la exigencia del ICA como autoridad sanitaria de cumplir con requisitos de Buenas Prácticas de Manufactura y Calidad y eso me valía $25 mil millones para solo aftosa, y $6.000 millones para farmacéuticos. (Lea: Vecol, una empresa sólida que va por más)   Lo complicado era hacer esas inversiones, transformar lo que teníamos sin que por estar en esos cambios se fuera a perder el mercado. No podía dejar de producir y por eso la gente merece el reconocimiento, porque teníamos la presión de cumplir con la campaña de Colombia, no perder el mercado de Uruguay, estábamos entrando a Perú, teníamos dosis puestas en Venezuela, a todos se les cumplió.   CG: ¿De dónde salieron los recursos, los pidió al Gobierno?   EB: En ese momento ya había recuperado credibilidad la empresa. Las cifras habían dejado de ser rojas, para estar en negro. Yo no quería pedirle nada al Gobierno. Me fui al Banco Agrario y me exigieron de todo, hasta exámenes de sangre, de todo para prestarme la plata.   Pero ya estábamos trabajando con otros bancos y con ellos solo fue necesario mi firma, creyeron en lo que se había hecho en la empresa en esos 5 años. Me la dieron más barato que lo que me ofrecía el Banco Agrario, con mejores condiciones y no $30 sino $45 mil millones con solo firmar un pagaré.   Modernizamos las plantas, nos certificaron en Buenas Prácticas de Manufactura, se compraron equipos, eso no se detuvo.   CG: ¿A cuánto ascendieron las inversiones durante los 15 años que estuvo usted en Vecol?   EB: En solo modernización fueron $70 mil millones, plata que salió de las utilidades de Vecol, $115 mil millones de $800 mil millones en ventas en 15 años, cifras certificadas por auditoría, revisoría y Contraloría, que nos visita todos los años. Ahí están las cifras para quien las quiera consultar.   CG: ¿Logró entonces revertir las pérdidas con las que recibió la empresa?   EB: Pasaron de una pérdida de $1.700 millones a casi $13 mil millones, en utilidades netas. Bajaron un poco con respecto a 2014 porque la política del señor ministro de Agricultura era la de congelar e incluso reducir algunos precios.   En el portafolio hay más de 100 productos, posicionados en calidad, con precios competitivos frente a la competencia. Todo eso hay que analizarlo además a la luz de que cuando yo llegué a Vecol había 30 laboratorios y hoy hay 200 importadores de toda índole, porque el ICA les abre las puertas a todos, y a nosotros nos exige hasta pruebas de sangre, sobre todo a Vecol, lo tienen en la mira.   CG: ¿La empresa quedó entonces con un amplio portafolio?   EB: Tenemos hasta fertilizantes por el mandado que nos mandó a hacer el señor ministro, que nos dijo que pagaría al Banco Agrario y duramos 4 meses esperando esos recursos, al final pusimos la plata nosotros.   Ahora, anda diciendo que él importó y son mentiras, el que importó fue Vecol, fue con recursos de caja nuestros; nosotros obedecimos cuando nos dijeron importen, a pesar de que por esa misma orden la utilidad fue mínima, de apenas un 2 %.   En este momento nos tienen congeladas las ventas porque le va a entregar eso a la Federación Nacional de Cafeteros, 10 mil toneladas que quedan. Ojalá sea rápido porque el bodegaje nos está comiendo.    CG: ¿Tiene actualmente alguna deuda la empresa?   EB: Ninguna, 0, en Vecol se pagaron todos los pasivos, incluso antes de los vencimientos, gracias a las exportaciones. En los 15 años pasamos de $10 mil millones a $77 mil.   Teníamos un pasivo pensional muy grande, más de $15 mil millones y hoy en día hay más de $19 mil millones consignados. No se le debe ni a proveedores, ni a bancos. A nadie. (Lea: Vacunar una vez al año contra aftosa pondría en riesgo estatus sanitario)   CG: ¿Cómo ejercieron ustedes el papel de regulador de precios?   EB: Durante el Gobierno Uribe nos fuimos 100 empresarios a China. Yo iba a buscar un proveedor que nos diera un producto de calidad en cuanto a fertilizantes y plaguicidas y lo encontré. Es una empresa seria cuyos productos pasan los más estrictos controles de calidad.   De esa manera, logramos ayudar en esa labor de regular precios en el mercado interno. Yo le digo una cosa: si el país no tuviera a Vecol acá la vacuna estaría a dólar, la que hoy en día se compra a 24 centavos de dólar, en Uruguay se vende a 73 centavos, eso nos permite ejercer esa labor.   Las relaciones con el Gobierno   CG: ¿Alguien le explicó a qué obedecía su salida de Vecol?   EB: El ministro se la ha pasado repitiendo que era porque yo llevaba ya muchos años en Vecol, y que yo sepa eso no es pecado. Ahí están los resultados de mi gestión.   CG: Hace poco más de un año ya habían intentado sacarlo del puesto, ¿qué pasó?   EB: Es cierto, hace un año me habían hecho saber que necesitaban mi puesto y les dije que no había ningún problema. Sin embargo, la junta de forma unánime me pidió quedarme hasta que se venciera mi periodo el 30 de junio de 2016.   Iragorri me mandó llamar y me dijo que quería el puesto. Le dije: claro ministro, usted tiene la mayoría, pero lo lógico es que lo entregue en junio. Él es muy querido y tras reconocer mi excelente gestión me insistió, ante lo cual le dije que al menos dejara hacer la entrega a los accionistas como corresponde.   La asamblea era el 29 de marzo, yo quería entregarle a los 70 accionistas el informe de mi gestión, responder preguntas, poner la cara, tener la satisfacción del deber cumplido, irme con la frente en alto. Convoqué a la junta y me pidieron incluir un punto para determinar mi continuidad y lo hice con gusto.   CG: ¿A esa reunión fue el ministro Iragorri Valencia?   EB: A esa reunión llegó el viceministro y sugirió que debían recibirme el cargo y así me sacaron.   CG: ¿Qué fue lo que más le molestó de esa forma de sacarlo?   EB: El maltrato, para ser franco. Están dando un mal ejemplo al país. Están pagando de mala manera una consagración, una voluntad férrea con una sacada que no era la que merecía.   Al Gobierno no le costaba nada esperar a la asamblea, era un mes; me sacaron el 24 de febrero, me pagaron el tiempo que faltaba, pero el problema no era que cumplieran con el tema económico, 3 sueldos que faltaban, era de honor y dignidad. (Lea: 666 mil animales han sido evaluados de manera preventiva)   Ese es el resentimiento que tengo yo con un Gobierno irresponsable, pero ellos son capaces de cualquier cosa.   CG: ¿Es cierto que el ministro anda tratando de justificar su salida en varias regiones del país?   El ministro es un mentiroso. A mí me contaron que en Neiva estuvo diciendo que él no me había sacado porque faltó vacuna en 2015, ni porque firmó un contrato con Fedegán antes del 31 de diciembre para la vacuna, ni por ser amigo de José Félix Lafaurie (presidente ejecutivo de Fedegán), ni por uribista, eso ha dicho en todas partes.   Ante eso yo digo: No es delito trabajar uno por mucho tiempo en una organización, eso es un motivo de orgullo; qué estímulo reciben quienes quedan en Vecol, entregadas en cuerpo y alma, ¿cuál es su sensación?, que los van a sacar.   Ante lo otro, yo me pregunto. ¿Es delito ser amigo de Álvaro Uribe? y ¿Ser amigo de José Félix Lafaurie? No, no lo es.   CG: Se ha dicho también que se politizó Vecol   EB: Que vayan y miren cuantos uribistas hay en Vecol o qué gente metí yo recomendada políticamente. Yo no se quién allá es uribista, liberal, del Polo, santistas, nadie, no me interesa ese tema.   A veces se iba la gente y se le reemplazada, pero nunca se nombró a nadie por un tinte político.   CG: ¿Pero es cierto el problema con la vacuna?   EB: Sí, es cierto. Hubo un problema porque se nos dañó un equipo que valía la pendejadita de 500 mil euros y no lo podemos tener paralizado de repuesto y el ICA sacó una resolución prorrogando los ciclos y Vecol cumplió, incluso con dosis que debía poner otro laboratorio.   CG: El ministro se ha quejado frecuentemente por el tema de los precios.   EB: Yo se lo dije varias veces que no entendía porqué estigmatizaba a Vecol, siendo Vecol del Ministerio.    La vacuna más barata contra fiebre aftosa en el mundo es la de Vecol, vacuna de mejor calidad imposible. Pueden hacer un censo y de todos los productores la mayoría pide nuestro producto. (Lea: Socializan proyecto de excelencia sanitaria en ovinos y caprinos)   CG: En su criterio, ¿son justificadas las quejas contra Fedegán por el Ciclo de Vacunación?   EB: Fedegán ha hecho un Ciclo de Vacunación de lujo, uno modelo de éxito que incluso replicó Ecuador, que gracias a ello obtuvo hace poco la certificación como país libre con vacunación. Es un modelo de campaña digno de imitar en cualquier parte.   CG: ¿Cuál debe ser entonces el papel del ministro?   EB: Defender a la empresa, una empresa que le repito es del Ministerio en su mayoría; no es posible que ande hablando mal de ella. Vaya y entréguese a la competencia a ver qué le va a pasar y miremos qué sucede. Lo que tiene es que apoyarla.   El día que Vecol no venda la vacuna, los ganaderos la vamos a tener que comprar muy cara. Debe entender que Vecol funciona como regulador de precios y de control de calidad.   CG: ¿Se puede decir entonces que todo esto fue por esos problemas de 2015?   EB: Ahí está funcionando todo, perfecta la producción. Deben estar vigilantes, evitar que la aftosa vuelva a aparecer, especialmente teniendo a Venezuela como está y sabiendo que constantemente ingresan animales de contrabando, son una amenaza latente.   Yo voy de salida y él (Iragorri) apenas llegando. Él tiene mucho que perder, yo ya gané mucho, tengo la satisfacción del deber cumplido, tengo un ejemplo para la sociedad, mi familia, nietos. Mañana que no se ponga a improvisar cosas, más sabe el viejo por lo viejo que por diablo.   Yo firmé el contrato de vacuna antes de fin de año para no poner en peligro el abastecimiento del país, al precio que venía el año pasado más el IPC, y que el resto se ofertara en el extranjero, pero siempre primero Colombia.   CG: ¿Qué le diría hoy al ministro si se lo encontrara?   EB: Él es un hombre querido, simpático, pero no hay necesidad de estigmatizar. Yo merezco respeto, como se lo dije, yo no llegué ayer, son más de 40 años de experiencia, esa no puede ser su filosofía, o si no que bote a todo el mundo, eso es politiquería.   A mi no me pueden condenar por ser admirador de Álvaro Uribe, porque lo admiraré toda la vida o condenar por ser amigo de Lafaurie, es un tipo valioso, inteligente. Eso no lo puede hacer.   Yo espero que le vaya bien. Ha pasado un año y medio y la gente pide soluciones. Si a él le salen bien las cosas al campo le va mejor, pero no va a pasar así como está haciendo las cosas. Debe empezar por ponerse la camiseta del laboratorio y manejar eso con criterio y que acierte con el nombre de mi sucesor, qué candidatos hay muchos y muy buenos. (Lea: La Fazenda y Vecol se unirán para reducir costos de producción)   CG: ¿Su intervención en política fue nula entonces?   EB: Yo nunca hablé mal de Santos, nunca hablé mal del ministro, antes lo acompañé hasta el último momento. Me despedí de los empleados a quienes les mostré el informe de gestión.   CG: ¿Usted calificaría como una retaliación su salida de Vecol?   EB: Yo no diría eso, yo nunca estuve en ninguna confrontación con el Gobierno, cumplí con mi responsabilidad siempre. Querían mi puesto hace más de un año y la junta no lo permitió, siempre supo que era un tema político.   El Gobierno aplaudió siempre la gestión del equipo del que yo era el timonel, entonces obró de una manera política porque los resultados están ahí, pero yo no le hice mal en ningún momento. Ser amigo de Uribe y de Lafaurie no es delito, como lo ha dicho el propio ministro; yo nunca mezclé la amistad con un acto indebido en Vecol o que me lo demuestren.   CG: ¿Cuál debe ser el perfil de la persona que llegue?   EB: No se quién vaya a llegar, yo le deseo muchos éxitos. A mí me daría mucha tristeza que mis nietos mañana pasen por la calle 26 y dijeran que ahí quedó Vecol y ya no exista; ojalá pasen y vean una empresa creciente y puedan decir que ahí trabajó su abuelo y ayudó a sentar las bases de la organización.   Se necesita un buen administrador, que sea responsable, alejado de cualquier tinte político, porque la empresa no puede sufrir por ese tema.   Otros temas importantes en los que intervino Borrero   CG: ¿Qué otras cosas vienen para el laboratorio?   EB: Hay una línea de productos para mascotas, un mercado promisorio, se dejó el plan para un laboratorio ya aprobado en el que se podrán hacer muchas cosas.   Se trabajó fuertemente en la erradicación de enfermedades que no son de control oficial, con plata de la empresa, en el que 600 mil cabezas en 21 proyectos en todo el territorio nacional fueron muestreados para identificar patologías y poder así trabajar en su erradicación, sin pedirle al ganadero nada distinto a su buena voluntad. (Lea: 17 enfermedades se han identificado en plan sanitario de Vecol)   CG: ¿Qué le recomendaría al ministro con el Plan Colombia Siembra?   EB: Ese programa es una maravilla, Vecol mientras estuve allá lo apoyamos hasta lo que no está escrito, pero hay que cumplirle a la gente. Hay que aprovechar esa gran oportunidad.   Pero se necesitan hechos, realidades, no solo promesas y la gente se está cansando. Ya habló el presidente de Fedepalma sobre las afectaciones de los cultivadores, anunció pérdidas millonarias; la ganadería está de capa caída, ha bajado el inventario, el clima nos ha golpeado muy duro y así podría seguir.   CG: ¿Qué viene para Elías Borrero?   EB: Pues hombre, estoy contento, feliz por la satisfacción del deber cumplido. Cerca de mis 70 años de edad Le dedicaré más tiempo a mi familia, esposa, 5 hijos y 12 nietos, compartir más con ellos y con mis amigos.   El trabajo me consumía, quería tanto a la empresa que me dio mucha tristeza dejarla, pero por otro lado salgo a disfrutar el fruto de mis 44 años vinculado al sector agropecuario nacional. 15 de ellos a Vecol.