Agrosavia sabanera, la alternativa forrajera para el trópico bajo

Las pasturas son la base de la alimentación de la ganadería colombiana y por tal razón es de suma importancia contar con nuevas variedades de semillas forrajeras que presenten mejor adaptación al cambio climático, mayor producción de forraje y calidad nutricional.

Lo anterior, acompañado de un adecuado manejo le permitirá al ganadero aumentar su productividad y sostenibilidad, según lo planteado en un video realizado en alianza entre Fedegán-FNG y Agrosavia.

Desde 2007 Agrosavia inició un trabajo de investigación con variedades de pasturas procedentes de los bancos de semillas del Centro Internacional de Agricultura Tropical (Ciat) y se evaluó el comportamiento en diferentes condiciones de sequía, pruebas de evaluación agronómica, calidad nutricional y producción de semilla. (Lea: Agrosavia Sabanera, una gramínea forrajera para pastoreo en la región Caribe)

Así mismo se evaluó la respuesta de los animales por su consumo, en aspectos como ganancia de peso y producción de leche, entre otros factores. Estos estudios se desarrollaron en los centros de investigación Turipaná, en Cereté (Córdoba) y Motilonia, en Agustín Codazzi (Cesar), de Agrosavia.

La investigación destacó el pasto guinea Agrosavia Sabanera por su porte bajo, alta producción de forraje, excelente calidad nutricional, tolerancia a la sequía y amplia adaptación a suelos con buenos drenajes y de mediana a alta fertilidad. Entre los indicadores que mostró esta pastura está su alto porcentaje de proteína cruda a los 21 días con 13,3 % y digestibilidad del 60,7 %.

Para Fedegán-FNG es muy importante que este tipo de ofertas tecnológicas desarrolladas por Agrosavia sean ampliamente divulgadas y conocidas por todos los ganaderos del país como una herramienta de mejora productiva y de sostenibilidad en las empresas ganaderas.

Para asegurar un correcto establecimiento, que dure muchos años, se recomienda seguir los siguientes pasos:

1. Prepare el suelo. Una vez identificado el terreno a sembrar con Agrosavia Sabanera se debe realizar un análisis de suelo para definir el plan de fertilización y enmiendas requerido. Aplicar la enmienda de 30 a 45 días antes de la siembra. En lo posible se debe aplicar labranza vertical que consiste en el uso de arados de cincel ya que el pase de cincel ayuda a corregir las deficiencias en el drenaje superficial.

Si el lote presenta drenaje deficiente se debe orientar el pase de cincel hacia los canales de drenaje ya que ello permite una mayor profundidad de preparación. Después del cincel se debe realizar uno o dos pases de rastra liviana en sentido contrario al del pase de cincel, para emparejar el terreno. (Lea: Forrajes son clave para incrementar la productividad del ganado)

La humedad media del lote facilita la preparación del terreno. Si se requiere utilizar labranza cero o reducida, es importante corroborar que el suelo no tenga problemas de compactación, condición que es frecuente en suelos que han tenido pastoreo inadecuado por muchos años.

La labranza cero consiste en aplicar herbicidas con la dosis recomendada por el fabricante y luego sembrar directamente. La tendencia actual es preservar los recursos naturales. Esto se pone en práctica al disminuir e eliminar el uso de agroquímicos, utilizar alternativas mecánicas como corta malezas y guadañadoras o con el uso de animales adultos de la finca para bajar el material vegetal presente en el potrero y luego establecer la pastura.

2. Adquirir la semilla. Calcular la cantidad de semilla sexual o vegetativa que se necesita por hectárea. Se recomienda siete kilogramos por hectárea de semilla sexual de Agrosavia Sabanera, mientras que para material vegetativo se recomienda una distancia de siembra de medio metro entre macollas y que sean procedentes de lotes sanos y vigorosos.

Con ambos tipos de semillas se espera tener entre cinco y seis plantas definitivas por metro cuadrado lo que equivale entre 50 mil y 60 mil plantas por hectárea.

3. Sembrar la semilla. Hay que programar la siembra para el inicio de la temporada de lluvias, si se va a preparar el suelo con maquinaria se debe sembrar después del último pase del pulidor. Si se aplica labranza cero se recomienda sembrar inmediatamente después de usar el corta maleza, guadaña o el paso de los animales. (Lea: Cuatro factores determinantes en la producción forrajera)

Es igualmente clave calibrar los equipos (sembradora) para utilizar la cantidad exacta de semilla sexual por hectárea, bien sea que se haga con sembradora de tractor, con voleadora, motores para gránulos o en forma manual. Posteriormente se debe cubrir la semilla con una capa fina del suelo para protegerla del sol, las aves y/o los insectos, se puede utilizar una rastra liviana.

4. Establecimiento y manejo. Espere la germinación entre 8 y 10 días después de la siembra, la cual puede variar por las condiciones ambientales y de manejo del cultivo. Hay que controlar las malezas y plagas durante el establecimiento de la pradera; reducir al mínimo el uso de agroquímicos como fertilizantes, herbicidas e insecticidas, para permitir el resurgimiento de especies nativas como leguminosas, arvenses de hoja ancha, arbustos, árboles y microorganismos benéficos presentes en el suelo.

El primer pastoreo se debe realizar entre 60 y 90 días posteriores a la siembra dependiendo del crecimiento de la pastura por la fertilidad de los suelos y la cantidad de agua recibida en forma de riego o precipitaciones. Se recomienda el pastoreo en sistema rotacional en periodos de ocupación de uno a tres días, dependiendo del área, la producción forrajera y la carga animal y periodos de descanso de 21 a 24 días e iniciando los animales, nuevamente, antes del inicio de la floración.

Se debe dejar una altura mínima residual de 10 a 15 centímetros después del pastoreo para recuperar rápido la pastura.

El pasto Agrosavia Sabanera presenta producción de forraje en materia seca entre 1.200 y 4.128 kilogramos y de proteína cruda entre 11 y 15,4 %, según la disponibilidad de agua por lluvias o riego.