El pastoreo no es un problema, sino una solución
Foto: Campo Galego

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Cuando el pastoreo no es un problema, sino una solución

Por - 28 de Diciembre 2022

A la ganadería se le achacan graves impactos ambientales a nivel global. Existen estudios y expertos que basan su trabajo en el análisis de la existencia de ganado extensivo durante toda la historia escrita y con la evidencia de aceleración de impactos luego de la revolución industrial. Conozca detalles.


A la ganadería se le achacan graves impactos ambientales a nivel global. Existen estudios y expertos que basan su trabajo en el análisis de la existencia de ganado extensivo durante toda la historia escrita y con la evidencia de aceleración de impactos luego de la revolución industrial. Conozca detalles.

En un video publicado por Agustín del Prado se expone que los mega herbívoros estaban presentes en todos los continentes moviéndose en búsqueda constante de nuevos pastos. Los herbívoros silvestres y ganado trashumante o bajo manejo rotacional tienen efectos similares en el paisaje. (Lea: La ganadería sostenible ayuda a enfrentar la crisis climática)

Contra la narrativa implantada en la actualidad, los paisajes naturales y de alta biodiversidad eran complejos con árboles, arbustos y mucho pasto. Cuando desaparecieron los mega herbívoros, los cazadores recolectores, que más tarde se convirtieron en ganaderos, mantuvieron los paisajes abiertos, evitando la extinción de muchas plantas que no toleran la sombra y necesitan crecer bajo el sol.

Entonces, hay que tener claro que los ecosistemas están en equilibrio dinámico sujetos a perturbaciones periódicas, ya sea por animales, fuego o ambos que abren los bosques y logran elevados niveles de biodiversidad.

La desaparición de herbívoros lleva a la matorralización de ecosistemas abiertos. En zonas nevadas puede aumentar de forma particularmente fuerte la cantidad de radiación solar que se absorbe, proceso llamado como una pérdida de albedo.

En esta, el paisaje se vuelve más oscuro con los árboles y la capa de nieve se engrosa en invierno porque se no hay ganados que la pisoteen ni escarben en esta. Esa capa de nieve gruesa aísla el suelo de los severos fríos invernales. Entonces, la parte profunda del suelo en regiones frías conocido como permafrost, no se enfría lo suficiente para aguantar el calor en verano y puede liberar innumerables cantidades de metano al derretirse.

Esto agravaría muchísimo el cambio climático, sobre todo si acaba desencadenando la liberación del metano atrapado en el permafrost del Ártico. (Lea: 4 principios de sostenibilidad que usted debe imitar en su ganadería)

El video dice que el papel del metano de rumiantes en las actuales métricas globales de contabilidad está exagerado, pues este metano pertenece al ciclo natural del carbono, que, pasados 10 años se convierte en climáticamente neutro fijándose por las plantas a través de fotosíntesis y así cerrando el ciclo natural del carbono, no añadiendo carbono a la atmósfera.

Por el lado del CO2 de los combustibles fósiles libera un carbono nuevo a la atmósfera y permanece durante cientos y hasta miles de años, sobre cargando el ciclo natural del carbono y cargando gran parte del calentamiento actual del planeta.

Según el sexto informe del IPCC, se deja claro que el calentamiento en las últimas décadas es principalmente debido a las emisiones de CO2 y no tanto por el metano u otros gases de efecto invernadero.

Una de las opciones que se plantea para estabilizar el clima es reducir el metano, pero si se quitan los rumiantes en pastoreo, su nicho ecológico en parte, se llenaría de herbívoros silvestres que, sumados a los fuegos más frecuentes podrían llegar a emitir una gran cantidad de metano con un impacto notable en la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

En conclusión, el pastoreo es una parte muy importante de los procesos ecosistémicos naturales, por eso se puede defender abiertamente que la ganadería más sostenible es gran parte de la solución.